La palabra vínculo proviene del latín (vincülum) significa unión o atadura de una persona con otra y la palabra unión (del latín unïo, -önis) tiene varios significados: acción y efecto de unir o unirse; correspondencia y conformidad de una cosa con otra en el sitio o composición; composición que resulta de la mezcla de algunas cosas que se incorporan entre sí; conformidad y concordia de los ánimos, voluntades o dictámenes; acción y efecto de unirse en matrimonio; alianza, confederación, compañía. (Diccionario de la lengua española 2009).

Como vemos el vínculo es una unión o atadura, pero esta unión tiene como característica la de ser una correspondencia  y una composición resultante de una mezcla entre sus componentes.  Quisiera remarcar que todo vínculo humano: una pareja, una familia, un grupo institucional, un vínculo de amistad requiere para que se produzca, una unión o atadura entre sus miembros.

Esta característica de unión del vínculo difiere con la serie (serialidad) que planteaba J.P. Sartre. Por ejemplo las personas que están paradas en una cola, o que viajan como pasajeros en un transporte están aparentemente juntos, pero no significa que por el hecho de estar cerca uno del otro conformen un vínculo entre ellos. Es necesario que ocurra algo, que se produzca alguna interacción entre las personas, que produzca cómo resultado una unión o vínculo entre ellos.

¿Cuál será esa interacción que los une?  Pienso que en la base de la unión que funda el vínculo, vuelve a emerger  (y a ponerse en juego) el vínculo primario que todos los seres humanos hemos tenido con nuestras respectivas madres (u otro significativo que la reemplace) y la puesta en acción de las formaciones psíquicas o grupos internos que se produjeron y se establecieron en dicho vínculo primario madre/bebé. Lo veremos más adelante al mencionar el Aparato Psíquico Grupal (R. Kaës 1976)   y las Alianzas Inconscientes (Kaës R. 2009).

Quiero aclarar que en la conformación del vínculo también intervienen otros elementos organizadores: las alianzas inconscientes (Contrato Narcisista y Pacto denegativo etc.), los organizadores socio culturales (Kaës R 1993) etc.

 

El vínculo primario madre/bebé

 El bebé humano, a diferencia de los animales requiere, para sobrevivir luego de su nacimiento, por su prematuración  psíquica y neurológica, de otro ser humano (habitualmente su madre).El recién nacido al comienzo de su vida psíquica percibe a la madre no como objeto total sino como el pecho; podríamos pensar la relación con el pecho materno como el modelo paradigmático del vinculo primario. El desamparo (Hilflosigkeit) es un estado angustioso del lactante, que al depender totalmente de un otro significativo para que satisfaga sus necesidades básicas (hambre y sed por ejemplo) se encuentra impotente para realizar por sí mismo la acción específica que pondría fin a su tensión interna; en  el adulto, el estado de desamparo constituye el prototipo de la situación generadora de angustia (Laplanche, Pontalis J. 1967).

El recién nacido es prematuro e inmaduro fisiológicamente (por ejemplo no controla la motilidad voluntaria) y también psíquicamente, no puede llevar a cabo acciones eficaces para su supervivencia (no puede alimentarse por sus propios medios). Es de remarcar que este estado de desvalimiento propio del ser humano es lo que “empuja al sujeto al vínculo” (Bernard M, 1991, pág. 101). La madre y el grupo (tanto el grupo familiar como los grupos exogámicos secundarios), como lo veremos más adelante, son los encargados de llenar la falta producida en el momento del nacimiento.

S. Freud (1926) plantea explícitamente esta prematuridad del ser humano expresando lo siguiente: su “(…) existencia intrauterina parece relativamente corta en comparación con la mayoría de los animales, se halla más incompleto que éstos cuando viene al mundo (…) se incrementa enormemente el valor del único objeto capaz de proteger contra estos peligros y de reemplazar la vida intrauterina. Este factor biológico crea, pues las primeras situaciones de peligro y la necesidad de ser amado, que ya nunca abandonará al hombre”.

En cambio los animales al nacer ya cuentan con disposiciones o patterns preformados o instintivos que les permite desplazarse y alimentarse por si mismos. Es el caso por ejemplo de algunos mamíferos como los marsupiales que migran de la vagina de la madre (no habiéndose terminado de conformar) desplazándose por si mismos hasta la bolsa o marsupio en la cual acceden a la posibilidad de alimentarse, por sus propios medios, de los pezones de su madre.

Si un recién nacido no es alimentado y cuidado afectivamente por su madre (u otro humano) muere irremediablemente luego de sufrir de aquello que fue descripto por Spitz como hospitalismo. El infans requiere de su madre que pueda psiquizarlo (mentalizarlo) para poder sobrevivir. Por las mismas razones si un infans no es hablado en el periodo de su desarrollo en el cual es posible su acceso al lenguaje (hablado), no va a poder adquirir el desempeño lingüístico humano. Es el caso de los recién nacidos abandonados y adoptados por animales como fue descripto en el caso de lactantes cuidados por una loba.

 

La Unidad Dual

Debemos a Imre Hermann, quien fue el discípulo mas importante de Ferenczi y que influyó a partir de 1940  con sus ideas a varios autores como Balint, Spitz, Bowlby, Winnicott, Hartmann y  Lacan, al forjar los conceptos de “unidad madre-hijo”, relación dual” y de “instinto filial” (Abraham N.1987).

La unidad dual (relación en unidad) es un concepto desarrollado por Imre Hermann, quien es citado por N. Abraham en su libro, y la define de esta manera “La unidad dual se refiere a un período en que la madre y el hijo habrían vivido inseparables en la unidad redoblada de su completud respectiva” (Abraham. N, 1987, pág. 315). Corresponde a un periodo en el cual la madre le ofrece una completa satisfacción a las necesidades del infans. Esta entrega completa de la madre no está dada, por el instinto materno (así lo plantea I. Hermann) sino por el instinto filial que es universal y que funciona en ambos (tanto en la madre como en el bebé) y que es puesto en acción, en la madre por empatía o por proyección identificatoria de su propio instinto filial, y en el infans el cual se orienta directamente a su objeto complementario para que éste lleve a cabo su acción especifica para aliviarlo de su tensión.

Gracias a la empatía materna los integrantes de la unidad dual están conectados como vasos comunicantes, manteniendo un nivel constante entre la demanda y su satisfacción (en ese sentido seria similar a lo experimentado en la vida intrauterina pero luego del nacimiento).

El archí-modelo (de la unidad dual) se basa en la relación instintiva de aferramiento que existe en los monos, entre el pequeño mono y su madre, que tienen sus respectivos instintos de aferramiento que generan empatías reciprocas.

La unidad Dual madre/bebé termina con la separación progresiva del psiquismo de ambos integrantes, aunque no desaparece del todo pues se vuelve intrapsiquica permaneciendo escindida en el Ello y también persiste un resto como relación interpsiquica entre los deseos de fusión y la necesidad de desprendimiento que tiene cada ser humano. (Abraham N. 2009, pág. 316).

Otros autores han hecho diferentes aportes acerca de este aspecto de relación indiscriminada y fusional entre la madre y su bebé, entre ellos D. Winnicott, W. Bion, J. Bleger, P. Aulagnier. Sin embargo tomaré solamente alguno de ellos para mi exposición en este artículo.

José Bleger influenciado por los trabajos de Mahler, Wallon, M. Klein, W. Bion entre otros, estudió la simbiosis y  el sincretismo (la parte psicótica de la personalidad) y su relación con el encuadre psicoanalítico, las patologías simbióticas, el grupo y las instituciones estos fueron algunos desarrollos de su obra. Bleger entiende por simbiosis y sincretismo “aquellos estratos de la personalidad que permanecen en un estado de no discriminación y que existen en toda constitución, organización y funcionamiento de grupo, sobre la base de una comunicación preverbal, subclínica, difícil de detectar…” (Bleger J, 1971, pág. 89).

Denomina Bleger sociabilidad sincrética a…”un tipo de relación que es, paradójicamente un tipo de no-relación, en el sentido de una no-individuación que se impone como matriz o como estructura básica de todo grupo y que persiste de manera variable durante toda la vida del mismo”. Esta sociabilidad sincrética corresponde a la puesta en juego de un núcleo aglutinado de características ambiguas, que corresponde a la posición glischrocárica (previa según Bleger a la posición esquizo paranoide de M. Klein) cuya ansiedad es confusional y sus defensas princeps son el clivaje, la inmovilización y la fragmentación, corresponde a los primeros momentos del psiquismo del infans. El tipo de defensa por clivaje del cual habla Bleger podríamos pensarlo como el que se produce al establecerse la Represión originaria según el modelo freudiano.

La sociabilidad sincrética de la cual habla Bleger también tendría puntos de equivalencia con  el pictograma que corresponde al objeto-zona complementario de Piera Aulagnier Tendría también características similares a la de la unidad dual de I. Herman mencionada anteriormente.

El objeto-zona complementario de Piera Aulagnier corresponde a la experiencia del placer del amamantamiento que hace coincidir un objeto, el pecho y una zona erógena la boca, produciéndose simultáneamente la ingestión del alimento y la actividad sensorial y muscular concomitante en el lactante. Este “objeto-zona complementaria es la representación primordial mediante la cual la psique pone en escena toda experiencia de encuentro entre ella y el mundo. Ella es la proto representación…” (P. Aulagnier, 1975, pág. 54) Su modo de representación es el pictograma que puede ser de placer (fusión) o displacer (rechazo).

Quisiera subrayar que tanto el objeto zona complementaria como su representación pictográfica son el resultado de la inscripción en el  psiquismo del infans de un vinculo o mejor dicho de un protovínculo (según R. Kaës).

René Kaës (1996) plantea que hay un vínculo originario o protovínculo que para dicho autor es un estado del vínculo, pues todavía no tiene una mínima estructura, es el grado cero de la estructura del vínculo. Para René Kaës es “el trasfondo psíquico simbiótico o escindido que sostiene la identidad básica de todo vínculo.”  (R. Kaës, 1996, pág. 24), Sostiene claramente que todo vínculo humano tiene escindidas estas características simbióticas del vínculo originario.

Si pensamos en términos de la estructura de un edificio (el psiquismo) el estado del vínculo seria equivalente a los cimientos, el grado cero de la estructura del vínculo según Kaës sobre el cual asientan las primeras formaciones estructurales del aparato psíquico que estarían disponibles para generar los vínculos (por ejemplo las fantasías originarias).

Fantasías Originarias y Grupos Internos

El origen de las fantasías originarias coincide con la emergencia del psiquismo humano formándose desde los primeros momentos de la vida extrauterina. (no serían filogenéticas como lo planteo anteriormente S. Freud),

Desde antes del nacimiento, en la vida intrauterina  se establece una simbiosis psicológica (además de la dependencia para su supervivencia física del bebe de su madre, a través de la placenta y el cordón umbilical). Por supuesto el feto no tiene conciencia de esta inermidad biológica y psíquica. Esta simbiosis biológica intrauterina se interrumpe en el momento del parto con la ruptura de las envolturas placentarias que retienen el líquido amniótico en el cual está inmerso el futuro infans y concomitantemente con el corte del cordón umbilical

 

 

S. Freud (1926) ya nos había anticipado acerca del desvalimiento (Hilflosigkeit)  (Laplanche J. Pontalis 1967) del recién nacido en el primer año de su vida (y posteriores también) Por lo tanto el recién nacido es prematuro e inmaduro fisiológicamente (por ejemplo no controla la motilidad voluntaria) y también psíquicamente, no puede llevar a cabo acciones eficaces para su supervivencia (no puede alimentarse por sus propios medios).

Este desvalimiento inicial del recién nacido determina el decurso de su evolución psíquica. Para poder sobrevivir luego del nacimiento se instituye una simbiosis psicológica y biológica en relación con la madre (aunque más precisamente sería con el pecho de la madre) sin dejar de tomar en cuenta el cuerpo y el psiquismo maternal.

 

 

Ambos, infans y su madre luego del nacimiento  establecen una unidad simbiótica que implica primero una fusión madre/bebé. Cuya primera representación es el pictograma (mencionado más arriba). Este vínculo fusional reemplaza la pérdida de las envolturas placentarias y el cordón umbilical en el momento del parto (sería una segunda piel).que es la envoltura vincular o piel del vínculo.

El recién nacido va inscribiendo psíquicamente los momentos repetidos de los cuidados maternales relacionados fundamentalmente con las zonas erógenas, en ocasión de la alimentación (boca) y la limpieza (de sus esfínteres anal y vesical). También la piel del bebé en el momento de ser abrazado, sostenido y acunado por su madre experimenta sensaciones prevalentemente de placer y también de displacer ante su ausencia. Estas inscripciones van a conforman la vivencia de satisfacción y cuya evocación alucinatoria es el deseo. Sería la marca en el psiquismo de un vínculo con su madre (o adulto significativo para dicho momento princeps)  La vida intrauterina o simbiosis biológica prenatal seria la primera fase según M. Bernard (1992).

La segunda fase es la que comienza con la separación del recién nacido de su madre en el momento del parto, produciéndose un restablecimiento de la fusión primitiva  al constituirse el vínculo simbiótico del bebé con su madre, o sea la unidad dual (I. Hermann), determinando la producción de una segunda envoltura (piel del vinculo)  que intenta reemplazar las envolturas placentarias que lo contenían y lo protegían en la vida intrauterina, seria también la de una simbiosis muda, según Bleger. El registro y la representación de estos momentos iníciales en el psiquismo del recién nacido corresponde al pictograma de P. Aulagnier (1975) incluye el holding, el handling etc.).

Posteriormente según Bernard (1992), habría una tercera fase que se produce a consecuencia de las secuencias repetidas de presencia y ausencia de la madre que van a introducir una discriminación que se registra como una efracción en la envoltura vincular. Esta tercera fase va a producir el nacimiento psicológico del bebé. Surge la sexualidad al devenir el pecho un objeto sexual, (Laplanche J. 1964- 1987), simultáneamente con la catectización de la zona erógena oral; adviene el autoerotismo, y la primera fantasía que es la alucinación optativa del pecho (Bernard M. 1994). Se formarían por lo tanto las primeras fantasías (originarias) que implicarían el comienzo de la formación de un grupo psíquico interno. Por lo tanto si bien serían las fantasías originarias universales, pues son comunes a todos los seres humanos, no serian adquiridas por una transmisión filogenética ni producidas al incorporar el lenguaje verbal pues se producen antes del registro lingüístico verbal, Lo que seria universal a todos los humanos son las experiencias vividas en relación con el pecho materno (utilizado como paradigma del vinculo humano).

Por lo tanto el infans se encuentra desde el nacimiento en su devenir hacia su conformación como sujeto, con una serie de categorías comunes a todos los seres humanos:

1) Adentro – afuera 2) Antes – después  3) Idéntico – diferente, como resultado de posicionar su cuerpo en el mundo (Bernard. M. 1992).

Si pensamos en las fantasías originarias (Laplanche J. 1967 – 1987) la fantasía de seducción es el resultado de la inscripción de la introducción de contenidos del afuera (de la madre) en el psiquismo del infans. La teoría de la seducción generalizada de J. Laplanche (1987) tiene que ver con este desarrollo; es la madre que en ocasión de los cuidados maternos y la alimentación erotiza y seduce a su hijo.

La fantasía de vivencia intrauterina es concebible (según Bernard M. 1966) en el après-coup que reconstruye un estado anterior del cual no se tiene memoria, frente a la escena primaria en la cual ellos hacen algo de lo cual estoy excluido. Con la fantasía intrauterina suspende el infans dicha exclusión ante la escena primaria. Tiene que ver por lo tanto con la categoría antes – después.

La fantasía originaria de castración tiene que ver con la categoría idéntico- diferente y también con la carencia, o falta, que remite en su origen a la pérdida de la envoltura materna y posteriormente a la inscripción de las efracciones en la envoltura vincular.

Según Marcos Bernard (1992, pág. 7): “Todo ser humano, a partir de su  nacimiento, se enfrenta con idénticas alternativas, resumidas por la serie de opuestos que mencioné[1] (y motorizadas por otra, placer – displacer)- Todas las experiencias que sobrevendrán en su historia personal (y pueden ser infinitas) se ordenarán sin embargo a partir de estas categorías fundantes. Los contenidos (experienciales) obtienen así, en la coyuntura del nacimiento (y desenvolvimiento) del psiquismo, una forma (estructural) que implica un sentido profundo. Por otra parte no podría existir esa forma, sin los contenidos que proporcionan estas primeras experiencias entre el niño y su entorno, particularmente el cuidado proporcionado por la madre. Forma ycontenido se construyen simultáneamente. La estructura en que se ordenan las experiencias va invadiendo el espacio vacio, habitándolo, ordenándolo, sin llegar nunca a agotarlo: hay un antes, que, si bien se perseguirá toda la vida, no se alcanzará en el después, y que instaura el motor del deseo.”

Por lo tanto en las fantasías originarias prima la estructura sobre el contenido y es este aspecto estructural que tienen las fantasías originarias, que predispone para que sean un material apto (como grupo interno de la psique) para poder, al ser activadas y puestas en juego en la ocasión del encuentro con otro/s ser/es humano/s, generar un acoplamiento (appareillage)  psíquico entre los sujetos, pasibles de vincularse entre sí; en la medida en que éstas fantasías primitivas sean puestas en resonancia  o en acción en cada uno de ellos. .

Las propiedades atributivas y distributivas de las fantasías originarias van a posibilitar establecer lazos vinculares entre los sujetos determinando posiciones y lugares a asumir o a ocupar que permitirán la conformación del aparato psíquico grupal (Kaës 1993) y el Aparato Psíquico Vincular (Bernard M. 1999).

Las fantasías originarias se van complejizando al proseguir el desarrollo del sujeto y con el advenimiento del complejo de Edipo se va a establecer en el sujeto, la diferencia de los sexos y de las generaciones, El Complejo de Edipo juega también un papel fundante y predominante como organizador del grupo familiar y también en el caso de las parejas..

 

El aparato psíquico vincular

Un vínculo requiere para su conformación la puesta en juego, o en actividad, de formaciones del psiquismo o grupos internos que van desde los de menor complejidad como el núcleo aglutinado (J. Bleger 1972) y las de cierta estructura como por ejemplo las fantasías originarias, hasta las de mayor complejidad estructural como el Complejo de Edipo. (Jaroslavsky E.A 2005).

R. Kaës, (1976) elaboró el concepto de aparato psíquico grupal. Los miembros del grupo a partir del aporte de uno de ellos, van a compartir la puesta en escena de fantasías, fundamentalmente de bajo nivel de complejidad, donde prima la estructura sobre el contenido, como son las fantasías originarias. El poder distributivo y atributivo de las fantasías originarias o la de pegan a un niño (Freud S.) generan emplazamientos y formas primitivas de participación inconsciente, que lo organizan en un conjunto, en el cual todos se sienten solidariamente parte del mismo (Bernard 1999).

También interviene la angustia de no-asignación (de no tener lugar en el conjunto así formado) para coaccionar y consolidar la participación de todos sus miembros en los lugares disponibles por la fantasía. Esta angustia de no-asignación es la heredera de la angustia de desamparo originario del bebé en relación con la madre. La organización del conjunto está determinada por la estructura de la fantasía, o sea los lugares a ocupar que ella determina.

El aparato psíquico grupal sería entonces un complejo juego de entrecruzamiento de proyecciones e introyecciones que liga al conjunto en un todo solidario, es una ficción eficaz que se moviliza y se produce en ocasión del encuentro vincular. Ulteriormente puede en la normalidad evolucionar a niveles de subjetivación de los miembros del conjunto con la intervención de los procesos secundarios del pensamiento.

La noción de acoplamiento psíquico grupal (Aparato Psíquico Grupal) y el papel que cumplen las fantasías originarias en su conformación se producen en todo vínculo humano (pareja, familia, grupos instituidos y espontáneos  etc.)  Así lo plantea Kaës: “A causa de su contenido y estructura, las fantasías originarias son esquemas del vinculo; cumplen una doble función, organizadora y representacional, central en el proceso psíquico de aparejamiento de todo vinculo.”   (Kaës R.1996 pág. 25).

Es por estas razones que Marcos Bernard (1999) extiende el concepto de Aparato Psíquico Grupal creado y desarrollado por René Kaës a partir de la experiencia con los pequeños grupos a todos los vínculos denominándolo Aparato Psíquico Vincular. A. Ruffiot lo extendió a las familias denominándolo Aparato Psíquico Familiar (Ruffiot A. 1981).

El conflicto vincular, desde un punto de vista más abarcativo, es fundamentalmente la lucha entre dos tendencias opuestas: una que tiende a la discriminación, a la subjetivación de sus sujetos, y otra que tiende a la indiscriminación, la desubjetivación de sus miembros, a la fusión (la unidad dual sería el modelo más isomórfico, hiperreductor y desubjetivante).

Las dos polaridades del aparato psíquico grupal (isomorfia y  homomorfia) actúan en todo vínculo. Favorecer la tendencia a la homomorfia posibilita la subjetivación de sus integrantes, lo cual es importante al efectuar tratamientos vinculares (familia, pareja etc.).

En la dinámica  y tratamiento de los vínculos un elemento básico es considerar al otro en su diferencia o sea lo que no permite colmar el deseo del sujeto, y esto está determinado en gran medida por las tendencias a la indiscriminación (isomorfia) y discriminación (homomorfia)  del acoplamiento psíquico vincular que se establece en el conjunto así formado.

No he tomado en consideración por razones de espacio para este trabajo las Alianzas Inconscientes: Contrato Narcisista, Pacto Denegativo, Complejo Fraterno etc. (Kaës R. 2009b) que se producen en todo vinculo humano y su importancia en el caso de las familias y las parejas.

Las alianzas Inconscientes son importantes para la conformación del sujeto (desde su nacimiento por su carácter estructurante del psiquismo) como así también del vinculo que sus sujetos establecen en el grupo familiar o en la pareja, así como también en los vínculos institucionales.

Sólo quisiera remarcar lo siguiente si bien en todo vínculo humano hay alianzas inconscientes, sus cualidades y conformación son específicas de cada vinculo. Por ejemplo si bien en todo vinculo madre/bebé (y su grupo familiar) hay un contrato narcisista, sus peculiaridades y determinaciones son propias de dicha familia con ese niño.

 

El vínculo Primario: La matriz del vínculo 
Publicado en la Revista de la AIPCF, Nº2 2009, www.aipcf.net.

Ezequiel A. Jaroslavsky
ejaroslav@intramed.net

 

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Resumen

El vínculo es una unión o atadura entre los sujetos que lo conforman. Esta unión esta determinada en gran medida por las inscripciones del vinculo originario en el psiquismo, que permiten al ser puestas en juego conformar un acoplamiento psíquico vincular (Aparato Psíquico vincular).El vinculo primario madre/bebé incluyendo su grupo familiar forma la matriz de los vínculos posteriores. La unidad dual del bebé con su madre está en los fundamentos del protovínculo que tiene características fusionales y de sociabilidad sincrética. Cumplen también un papel organizador en la matriz del vinculo, las fantasías originarias que van a conformar los grupos internos de la psique y que posteriormente cumplen un rol organizador del aparato psíquico vincular, pues tienen un papel distributivo y atributivo de lugares a ocupar. Se discute el origen filogenético de las fantasías originarias planteando su conformación e inscripción como grupo interno siendo el resultado de los repetidos encuentros/desencuentros del bebé con el pecho materno.

 

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Palabras clave

Aparato psíquico vincular – vínculo primario – unidad dual – fantasías originarias  – sociabilidad sincrética.

 

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Résumé

Le lien est une union ou ligature entre les sujets qui le composent. Cette union est déterminée en grand partie par les inscriptions du lien originaire dans le psychisme, lesquelles permettent à l’être mis en jeu de conformer un appareillage psychique du lien (Appareil Psychique du Lien).

Le lien primaire mère/bébé comprend aussi le groupe familial et forme la matrice de liens ultérieurs. L’unité duale du bébé avec sa mère se trouve dans les fondements du proto-lien qui a de caractéristiques fusionnelles et de sociabilité syncrétique. Les fantasmes originaires jouent aussi un rôle  organisateur dans la matrice du lien; ces mêmes fantaisies vont conformer les groupes internes de la psyché, et plus tard avoir en rôle organisateur de l’appareil psychique du lien, car elles ont un rôle distributif et attributif des places á occuper.

L’origine phylogénétique des fantasmes originaires est discutée en proposant sa conformation et inscriptions comme groupe interne, comme le résultat des rencontres et séparations répétées du bébé aves le sein maternel.

 

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Mots Clés

Appareil psychique du lien – lien – unité duelle – fantasmes originaires – sociabilité syncrétique

 

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Abstract

A link is a bond or tie between the subjects making it up. This bond is determined, in large measure, by the inscriptions made by the primordial link in the psyche that, when brought into play, makes bonding through psychic coupling possible (Psychic Apparatus bonding). The primary mother/baby link, which includes the family group, comprises the matrix for later links. The dual mother-baby unit is the basis for a protolink that has fusional characteristics and is capable of syncretic sociability.  Primordial fantasies that shape future internal groups in the psyche and later play a part in organizing psychic apparatus bonding are also significant because they play a distributive and attributive role in places to be occupied. The phylogenetic origin of primordial fantasies is discussed in relation to their shaping and inscription as internal group arising from repeated encounters/avoidances of baby with the maternal breast.

 

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Key Words

Psychic Apparatus bonding – primordial bond – dual unity – primordial fantasies – syncretic sociability

 

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Notas

[1] Categorías antes- después, afuera- adentro, idéntico – diferente