Con motivo de la creación de la AIPCF (Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia) la Lic. Irma Morosini, secretaria de redacción de la Revista Psicoanálisis e Intersubjetividad, entrevistó en Montreal (Agosto de 2006) al Dr. Alberto Eiguer, presidente electo de dicha asociación.

Alberto Eiguer


Irma Morosini:
 Hemos estado presentes en un momento histórico como fue la fundación de la Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia, (AIPCF) y para nuestros lectores querríamos hacerle algunas preguntas al respecto. Ante todo le agradecemos mucho su participación y lo felicitamos como Presidente de esta nueva Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia. ¿Qué importancia tiene para el desarrollo del psicoanálisis la creación de este espacio institucional?

Alberto Eiguer: Muy agradecido por su atención. La fundación de la Asociación internacional trata de agrupar a especialistas de diferentes países, muchos de los cuales permanecen aislados al punto de desconocer desarrollos, investigaciones y técnicas similares o diferentes de las de ellos.

A partir de la creación de la asociación, tendrán mucho para ganar en los intercambios, que son a partir de ahora posibles: ampliar sus miras, aportar a otros. Las terapias psicoanalíticas de pareja y familia son importantes para alivianar muchos padecimientos ligados a veces a los cambios vertiginosos de la familia contemporánea.

Irma Morosini: Hace tiempo que existe una Sociedad Internacional de Psicoterapia Sistémica de   Familia y Pareja,  ¿por qué a pesar de que el Psicoanálisis tiene una inserción de mucho tiempo en la comunidad científica, no se había constituido una sociedad así?

Alberto Eiguer: Los intercambios internacionales entre analistas de familia se han intensificado en los últimos años. Si no hubo una asociación mundial hasta ahora es porque las diferencias parecían insalvables. Entre los sistémicos los clivajes son sin embargo mucho más profundos. Creo que la referencia al psicoanálisis y a su cuerpo teórico nos permite asegurar una unidad y sacar provecho de las diferencias. Además el psicoanálisis puede ser enriquecido e incluso apuntalado por los hallazgos en el campo grupal con las familias.

Por ejemplo la importancia dada a lo transgeneracional, los vínculos perversosnarcisistas, la incestualidad, cuya presencia en grupo revela toda su morbilidad.

Irma Morosini: ¿Estas posibilidades de estudio e investigación no estaban ya contempladas con las otras asociaciones psicoanalíticas creadas?

Alberto Eiguer: Las asociaciones nacionales avanzan, pero la investigación necesita aperturas para no caer en dogmatismos. La mirada de los otros pone a prueba la sordera narcisista que tantos extravíos puede crear.

Deseamos que no haya más confusión entre el análisis familiar y los de adultos y niños o el análisis de grupo o institucional, aún cuando haya muchos puntos en común entre las técnicas respectivas, que se influencian desde luego y en donde la teoría de los vínculos permite reconocer los funcionamientos respectivos.

Pero la familia posee mecanismos de funcionamiento propios, basados en el hecho que las leyes del parentesco la rigen, y existe en su seno la herencia psíquica y biológica, tan determinante de su vida psíquica, las marcas de su origen. Todo ello determina que la familia sea un grupo aparte, diferente, entre los “conjuntos humanos”. Los grupos informales no establecen la misma relación con sus ancestros que la familia. Para la familia, cuenta tanto el contexto de la afiliación como el de la filiación.

Si no los tenemos en cuenta, ¿cómo podemos desarrollar una escucha con una familia homoparental o cuando los chicos han sido procreados por métodos médicos?

Irma Morosini.: O sea que con esta Asociación se estaría creando un espacio diferente y necesario; ¿y qué respuesta ha habido de los profesionales del psicoanálisis de los diversos países por participar y apoyar la creación de la AIPCF.?

Alberto Eiguer: Tuvimos una agradable sorpresa al ver que para muchos, aquellos que desearon co-construir este proyecto, era una necesidad. El resultado fue que en dos años hemos reunido a más de 600 miembros que pertenecen a unas 35 asociaciones locales de 21 países.

Irma Morosini: ¿Querría usted reseñar los antecedentes (instituciones, lugares, etc.) de la formación de esta Asociación?

Alberto Eiguer: El grupo inter-asociaciones francés tuvo al principio un papel de estímulo, pero ya habíamos pensado en fundar una asociación internacional cuando nos encontramos informalmente con Roberto Losso y Anna Maria Nicoló en París a finales de los años noventa. Argentina, Italia y Francia son las madrinas de este sueño. Muy calurosas fueron las reacciones de otros europeos, los de los países del Este, muy curiosos por las novedades y deseosos de agruparse; igualmente en Bélgica; España; Suiza; Luxemburgo y recientemente en Inglaterra, en donde en el baluarte kleineano mismo de la Tavistock Clinic los sistémicos han reemplazado al importante movimiento de terapia familiar analítica que existía anteriormente. Hubo reacciones de confluencia con varios centros latinoamericanos, Argentina, Brasil, Perú, México, Panamá, Uruguay.

Ahora bien, el hecho que en Francia haya habido teóricos originales como Didier Anzieu, René Kaës o Paul Claude Racamier dio un impulso particular a la terapia familiar psicoanalítica. Algo similar se produjo en la Argentina con la obra de un padre fundador como lo fue Enrique Pichon Rivière.

Irma Morosini: Para la elaboración y análisis del Proyecto de los Estatutos de la Asociación, han estado trabajando ya en comunicación entre las diversas zonas geográficas. ¿Puede comentarnos cómo ha sido ese trabajo?

Alberto Eiguer: Hemos ido confeccionando los estatutos como una alfombra indígena, paso a paso, conversando cada detalle. Ello lo realizó un grupo internacional que trató de integrar lo que cada país tiene de específico en la técnica, lo cual suele traducirse por el acento puesto en las formaciones sobre determinados temas. Así es como aceptamos la idea que uno de los requisitos para la admisión sea el estudio y la práctica de grupos en los programas de formación de terapias de pareja y de familia. Pero no es una exigencia, sino una recomendación. ¿Por qué? Porque ciertos analistas de pareja y familia no se inspiran en la teoría del vínculo o del grupo, sino en la teoría de las relaciones objetales, la cual es diversificada en sí, y que adaptan a la familia. Por ahora es así

Pensando en el futuro, dejamos un espacio abierto a las asociaciones de Asia, Africa y Oceanía, guardándoles ocho lugares del Consejo de Administración; por ahora uno sólo está ocupado.

Irma Morosini: ¿Cuáles son las Asociaciones miembros que integran esta Asociación Internacional?

Alberto Eiguer: Ciertos países aportan varias sociedades, Italia, 8; Francia 6; Argentina 3, la Asociación Argentina de Psicoanalistas de Pareja y Familia, la Asociación de Grupo y Familia de Mendoza, el Laboratorio de Familia de la UCES; El IPI de los Estados Unidos es ya una asociación con varios miembros que residen en otros países. Las unidades de familia y pareja de ciertas Asociaciones psicoanalíticas dependientes de la IPA han adherido; México, Turquía, Polonia etc.

Irma Morosini: ¿Podría explicar para los lectores cuáles son los requisitos para ser miembros de la misma y cómo podrían acceder los que aún no están registrados como miembros pero les interesaría pertenecer?

Alberto Eiguer: Aunque existe la posibilidad de ingresar como miembro individual, en general es preferible que una asociación local haga una demanda colectiva. Quisiera precisar que el objetivo principal del procedimiento de admisión es que la gente se conozca, los que quieren entrar como los que los reciben. Es una oportunidad que no se reproducirá fácilmente. La comisión de admisión podrá entonces enterarse, por ejemplo, que una asociación demandante determinada contribuye a los planes gubernamentales de prevención en Salud, que sus miembros hacen terapia familiar con delincuentes, que otros han inventado una técnica inspirada en arte-terapia, etc. Ello despertará mucho interés en los otros colegas. ¿Me permitirá que reproduzca el texto estatutario correspondiente para los lectores de su sitio? Ello les ayudara a tramitar el ingreso. “Artículo 8Las condiciones de admisión. Las personas físicas o jurídicas que desean ser miembros de la Asociación deberán satisfacer los criterios siguientes (admisiones directas), o garantizarlos en sus miembros (admisión de una asociación o sección de asociación):

‑ 1. Psicoanálisis personal; un psicoanálisis grupal es aconsejado.

‑ 2. Formación en terapia psicoanalítica (o en psicoanálisis) de pareja y/o en terapia psicoanalítica (o en psicoanálisis) familiar, y formación eventualmente en terapia psicoanalítica (o en psicoanálisis) de grupo.

‑ 3. Práctica efectiva. Artículo 9. Las modalidades de admisión.

Las candidaturas, dirigidas al Presidente, se confían al examen de una comisión de admisión compuesta de tres miembros del Consejo de Administración y presidida por un miembro de la Comisión Directiva. El Consejo de Administración escucha el informe de esta comisión y decide soberanamente por mayoría simple. Toda candidatura puede renovarse. Las candidaturas individuales deberán estar acompañadas de las cartas de padrinazgo de 2 miembros de la Asociación.

Irma Morosini: ¿Cómo podrían prepararse los que aún no reúnen las condiciones que Uds. han pautado como necesarias para ser miembros?

Alberto Eiguer: Debemos entender que en muchos lugares la formación no es completa. Pienso que siendo cada caso particular merece una respuesta discriminada.

Irma Morosini: La Asociación será entonces un  espacio para el intercambio de ideas entre colegas de diversos países del mundo y un medio de difusión de esos conocimientos hacia el mundo. En este sentido, ¿tienen pensado que la Asociación cuente con un medio de difusión de estos trabajos como ser una revista en Internet y/o impresa para dar a conocer los trabajos de los profesionales entendidos en el pensamiento psicoanalítico mundial de familia y pareja?

Alberto Eiguer: En efecto un proyecto es la creación de una revista en Internet. La Secretaria de publicaciones, Anna Maria Nicoló, está abocada a este proyecto y piensa solicitar la colaboración de otros miembros experimentados en la materia.

Irma Morosini: Si parte de los problemas que aquejan a la familia hoy en día en el mundo se relacionan con las crisis sociales, económicas y políticas, ¿cómo pueden los psicoanalistas colaborar para encontrar caminos de mejoría para las familias?

Alberto Eiguer: El psicoanálisis ha sido y seguirá siendo sensible a las dificultades sociales, pues nació en reacción a una época de crisis, la de la sociedad industrial del siglo XIX y sus miserias sociales, sexuales, filiales. Pero hoy en día es sobre todo la familia que está desorientada, desorganizada. Nuestros trabajos van a tenerlo en cuenta, por ejemplo a través de investigaciones realizadas en paralelo en distintos países sobre temas como toxicomanía y crisis de la identidad familiar, la autoridad cuestionada de los padres contemporáneos y sus consecuencias, la reconsideración del papel de los abuelos en la familia etc. El Consejo científico de la AIPPF tiene estas miras. Respondemos a la mundialización con investigaciones mundiales que estudian sus efectos…

El combate actual es el del reconocimiento de las minorías y de todos aquellos que han sido olvidados por el desarrollo. Tenemos cosas para decir al respecto. La teoría de los vínculos familiares tiende a subrayar precisamente la importancia del estar con el otro, de respetarlo, de sentirse concernido por sus penas y glorias, y entonces sentirse responsable por él.

Irma Morosini: Los gobiernos ¿los tienen en cuenta a la hora de diseñar sus políticas de salud y de educación?

Alberto Eiguer: Algunos, sino trataremos de recordárselos. Por eso nos reunimos en esta asociación.

Irma Morosini: Le agradecemos mucho su participación en esta entrevista y nuevamente  lo felicitamos como Presidente de esta nueva Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia.