Introducción

La propuesta es revisar los vínculos posibles entre la Psicología Institucional (PI) y la Psicosociología Clínica (PsSC) en el contexto de vínculos frágiles, líquidos, (Bauman, 2006) con la finalidad de reforzarlos considerando sus diferencias y semejanzas. Este será un modo de resistencia a esa liquidez de los vínculos interdisciplinarios o a la rigidez extrema que como afirmó Vincent de Gaulejac se vence con cierta dosis de indisciplina.

Los vínculos existentes entre las disciplinas, en general, son conformadores de maneras de relacionar o no los aportes teóricos, metodológicos, éticos. De ellos deberemos dar cuenta a la sociedad si somos conscientes de nuestro papel de formadores de conocimiento en tanto investigadores, docentes, terapeutas, consultores institucionales y en consecuencia responsables de priorizar intereses de mercado o bien de respetar la condición humana. Para sostener nuestra afirmación sobre las relaciones disciplinares y el poder del saber profesional, citamos a continuación a Maritza Montero (2006): “En cada relación se produce conocimiento y el conocimiento sólo surge en las relaciones, de tal manera que la presencia del otro está siempre presente aun cuando hayamos trabajado en solitario; porque la soledad, si bien puede estar privada de la compañía física o afectiva de otros, no elimina la historia, ni las experiencias ni los afectos surgidos de los contactos socializadores. Más aún, todo conocimiento afecta al grupo, a la sociedad, por lo cual al excluir de sus beneficios o al aplicar sus aspectos negativos, ejercemos poder sobre otros. Y al respetar y admitir la capacidad constructora de conocimientos de cualquier categoría social, al escuchar las voces de los individuos que las integran, estamos respetando su derecho al espacio público. Y eso es política” (la negrita me pertenece).

No olvidemos los contextos culturales donde nos ubicamos: Latinoamérica y una Argentina con su cosmopolitismo absorbiendo conocimientos provenientes de Europa y en particular de Francia.
M. Montero ubica en los ´90 la noción de paradigma como un ámbito compuesto por tres dimensiones básicas: una ontológica, una epistemológica y una metodológica. Ella propone un paradigma sostenido por una praxis latinoamericana donde se incluyen el saber popular y la participación, típicos componentes de las investigaciones cualitativas. Su aporte consiste en sumar dos dimensiones a las existentes hasta entonces: la ética y la política, ambas relacionadas. Ambas forman parte de la estructura del paradigma denominado de la construcción y transformación crítica, además de producir una redefinición del sujeto de conocimiento (ontología), de la relación entre sujeto y objeto de conocimiento (epistemología) y complejizando el método (metodología). Tal paradigma se instala en la psicología social comunitaria, en la psicología política, y se extiende a los campos educativo, clínico-social y de la salud.

El paradigma de la construcción y transformación crítica posee dos condiciones para producir conocimiento: es generado en una construcción humana, social y posee un carácter cambiante, lo que le quita condición de permanente instituido. Esta característica nos permite teóricamente justificar el cambio de modelo como la Tolva (Mezzano A., 1998) según la índole de la investigación y la institución, realizando un concierto ensamblado de campos disciplinarios distinto en cada caso.
Tanto desde la ética cuanto de la política es importante la definición del Otro para producir conocimiento, es preciso que el mismo sea incluido desde la diversidad , la diferencia, no solo desde la semejanza.
Coincidimos con lo que Maritza Montero sostiene acerca de la libertad y la democracia (2006): “No se puede considerar que en una sociedad se sea libre cuando lo que se llama diálogo sólo puede ocurrir entre aquellos que dicen lo mismo o hablan con la misma voz. Por eso la relación dialógica que se propone en este paradigma, al generar un espacio de acción transformadora, genera al mismo tiempo un espacio de acción ciudadana que permite la expresión y es ejercicio de democracia.”

La montevideana Cristina Heguerot (2008) en una presentación en Jornadas de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, Argentina sobre Psicosociología institucional en Uruguay la caracteriza como un campo de problemas en construcción y propone reflexionar acerca de los principios que fundamentan la acción y la investigación en ciencias sociales considerando la complejidad, por un lado y la especificidad propias, por otro.

 

Devenir de la Psicología Institucional y sus enlaces con la PsSC

Se agradece consideren esta exposición como una parcial historia de vida profesional, lo cual tiene que ver con una metodología que tanto la PsSC y la PI aplican: las historias de vida. Seguiré una línea de historia de vida profesional que a la vez es social y colectiva, particularmente centrada en la institución académica.
Otro motivo de justificación se asienta en el desarrollo profesional personal que me hace testigo partícipe de la historia de la PI en Argentina. Para ello me sostengo bibliográficamente en las palabras de V. de Gaulejac quien en su libro Las Fuentes de la vergüenza (2008) afirma que «el individuo es el producto de una historia y procura hacerse su sujeto».

Las palabras claves de esta presentación son psicología institucional- psicosociología clínica- vínculos. Utilizamos la noción de vínculos abarcando tanto los inconscientes como los conscientes que obviamente se juegan también en la subjetividad de los investigadores, consultores, docentes, incidiendo en los planos disciplinarios, racionales, de las correspondientes prácticas.

El marco teórico referencial de la Psicología Institucional se inicia en la década del 60 en Argentina con el Dr.José Bleger y el Dr.Fernando Ulloa, discípulos de Pichón Rivière, psicoanalistas y profesionales atentos a los temas socio-políticos que cada uno asumió de distinta manera en el campo público.

Mientras en los ´60 no era prioridad la investigación en el mundo académico de las ciencias sociales, se produjeron transformaciones sucesivas a lo largo de 50 años posteriores debido tanto a los contextos sociopolíticos vividos como al pasaje, no del todo conseguido, de criterios hegemónicos de investigación positivista a criterios cualitativos participativos que favorecen los abordajes institucionales.

La autora de esta exposición parte de una PI que reconoce sus raíces epistemológicas en los momentos fundacionales de la misma que incorporó conocimientos de autores nacionales y extranjeros provenientes de distintos campos de disciplinas afines. Se creó la PI desde una epistemología convergente al decir pichoniano. Esta característica integradora es plasmada por la autora en la metáfora de la PI denominada la Tolva en 1993, que no desarrollaré en esta presentación. (Mezzano, A., 2007)

La PI hoy es un campo de investigación, de extensión y de docencia de los problemas y conflictos de índole institucional, enmarcada en las Ciencias Sociales, que alcanza en el mundo académico de la carrera de Psicología en la UBA un desarrollo que sigue los lineamientos primeros e incluye cambios a la vez. La PI investiga las instituciones sociales, las organizaciones y las prácticas institucionalizadas, siendo estas últimas portadoras de marcas valorativas instituidas algunas con prestigio, otras devaluadas. También aborda en consultoría a distintas instituciones sufrientes.

Nos compete reflexionar acerca las implicaciones sociosubjetivas en nuestra calidad de investigadores, docentes, ciudadanos, haciéndonos responsables de nuestra incidencia en la subjetividad de la población, los alumnos, los conciudadanos.

A continuación se enumeran algunas de las características principales del contexto de época y algunos pensamientos de influencia para la PI según períodos cronológicos. En algunos casos de modo explícito se vislumbra la relación con la PsSC, pero no siempre por lo somero de esta enunciación.
En síntesis las décadas a considerar son las siguientes:

 


1960 

Es una etapa fundacional de la PI con compromiso ético y político que involucraba los objetivos, las técnicas y las teorías. El modelo imperante y fructífero en la década del, el que partieron muchos institucionalistas y aún organizacionalistas, enlazó el psicoanálisis con las instituciones a partir del pensamiento del Dr. José Bleger y del Dr. Fernando Ulloa, quienes dejaron huellas éticas y teóricas dignas de reconocer y recordar. (Mezzano, A., 1998). En ese entonces se trabajaba siguiendo un modelo teórico psicoanalítico inicialmente referido a la teoría kleiniana. Bleger continúa aún hoy siendo un referente para la línea psicoanalítica grupal en Argentina y para el grupo francés de Kaës, entre otros.

 

1970
Esos años fueron cumbre a nivel nacional e internacional para el campo institucionalista. Coincide con el mayo francés del 68, revolución cultural y política, con el Cordobazo del 69 generándose movimientos de pensamiento crítico hacia las instituciones desde pensadores italianos, ingleses, franceses y latinoamericanos. Entre ellos se encontraban el movimiento de la anti-psiquiatría a fines de los ´70, el pensamiento de Paulo Freire y en el campo de la psicología política la corriente de la Psicología social de la Liberación. En esos años se instala a nivel académico en Argentina la cátedra anteriormente citada denominada por primera vez Psicología Institucional y también por primera vez a cargo de un psicólogo en la universidad pública.

La cátedra a su cargo realizó dos consultas institucionales, una en el medio hospitalario, publicada en una de las primeras revistas de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, otra en una cátedra universitaria de Odontología de la que se desconoce alguna producción editada. La extensión universitaria se asienta con fuerza. En ambas esta autora participó en calidad de consultante, experiencia enriquecedora para quien luego realice consultorías.

 

1980
Se profundiza en el campo institucional el aporte teórico psicoanalítico freudiano por parte del Licenciado Ricardo Malfé quien establece cruces entre la historia y el psicoanálisis para desarrollar el concepto de estructura libidinal con sus transformaciones históricas. Se aplican las metodologías de historias de vida iniciadas en Latinoamérica con Oscar Lewis, se incluyen bibliografías sobre trabajo desde la perspectiva de Dejours.

Desde entonces hasta la actualidad para algunos institucionalistas entre los que me cuento, el psicoanálisis sigue estando presente en los abordajes desde la línea freudiana, aunque no tan solo, porque se han sumado conceptos de las líneas francesas institucionalistas provenientes de mayo del 68 particularmente René Lourau más desarrollos grupales de las líneas argentinas (Bernard, Puget) y de la francesa (Kaës, Enriquez, de Gaulejac).

Una consulta institucional sobre la práctica de historiadores barriales nos dio la oportunidad de incorporar una perspectiva muy valiosa: la historia oral ( con desarrollos en Argentina, Barcelona, Italia, Inglaterra). El aporte de la psicohistoria de un psicoanalista Erik H. Erikson (1979) sostuvo teóricamente un campo de práctica planteado para un seminario y talleres sobre novela profesional que coordinamos en esa época en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires.

Tanto la historia oral como el psicoanálisis, una vez más, aportaron para complementar los abordajes que trascienden la frontera disciplinar, llevándonos al indisciplinamiento del que hablara V. de Gaulejac.
En síntesis hice visible y profundicé una epistemología pluralista al producir la metáfora de la PI (la Tolva) que precisaba, nobleza obliga y derechos de autor justifica, el reconocimiento de los iniciales aportes múltiples, reconociendo así una genealogía mestiza, diversa, originada desde las primeras ideas de Pichon Rivière, de la que se nutrieron y transmitieron José Bleger, Fernando Ulloa, Ricardo Malfé dentro de la academia.

 

1990:
M. Montero ubica entre la década anterior y ésta la coexistencia de paradigmas (el positivismo, el postpositivismo, la teoría crítica y el construccionismo social) .
Desde 1993 establecimos redes conceptuales teórico-prácticas a favor de la comprensión del complejo campo de las instituciones, la sociedad y de las prácticas profesionales. Su expresión fue la metáfora de la Tolva, concebida como soporte conceptual y metodológico plural de la PI dado que fuimos sumando el aporte explícito de otros campos disciplinarios y visibilizando las contribuciones que constaban desde antes. Todo ello para comprender y operar sobre las instituciones, acentuando las dimensiones socio-político-histórico-antropológicas de las instituciones que fueran planteadas por autores previos.

Acentuamos esta pluridimensionalidad disciplinaria sumando el aporte de Vincent de Gaulejac y Nicole Aubert a través de la investigación crítica sobre la capacidad alienante de la excelencia empresarial.
El aporte de la SC para nosotros fue estimulante para:
• revalorar la clínica en los abordajes colectivos de las instituciones, a contramano de algunas opiniones circulantes.
• acrecentar la necesidad disciplinaria de diferenciarnos a la vez que de articularnos.
• seguir construyendo en consecuencia encuadres mixtos y equipos interdisciplinarios.
• remarcar la conjunción de las ciencias sociales y psicológicas.
• sostener el principio de recursividad
Los aportes de la historia oral, la antropología y las artes se van sumando desde la década del 90 en nuestras producciones de investigación. Nos abocamos a profundizar una polifonía disciplinaria desde la metáfora con la que trabajamos a partir de 1993.

 

2000 
Nos atrevimos a profundizar esta idea de la polifonía apoyados en lo que sostiene Mijail Bajtin, teórico ruso (1895-1975), sobre el dialogismo, concepto contrapuesto al monologismo. A propósito Leonor Arfuch (2002) dice sobre Bajtin:
“La concepción bajtiniana es pragmática, integradora y no jerárquica; por el contrario, otorga una gran importancia a los géneros “primarios” (cotidianos, familiares) no sólo por su natural irradiación sobre los “secundarios” (complejos, escritos) sino por su posibilidad inigualada de aportar al cambio cultural y a la transformación radical de las costumbres, contraponiéndose al “discurso oficial”.
Esto marca una ética valorativa respecto de lo interdisciplinario así como el valor de las investigaciones cualitativas desde la Psicología Institucional. El trabajo con otros es siempre un desafío que pone a prueba nuestra escucha abierta superando el descentramiento sobre nosotros mismos y las propias teorías, dando oportunidad para nuevas aperturas y búsquedas. Por otra parte es inquietante la alteridad que se introduce en nuestra subjetividad cuando trabajamos en equipo, lo que nos fuerza simbólicamente a armar puentes, articulaciones. Ni intelectual ni emocionalmente esto es fácil aunque es enriquecedor e instituyente, en consecuencia creativo.

Una investigación de la programación 2002-2003 UBACyT sobre la cultura organizacional sonora (2010) fue el inicio de otro aporte que incluimos: el tema de la sonoridad como elemento antropológico presente en las culturas institucionalizadas y no investigado.
Considerando a las artes como referente válido al igual que las ciencias, afirmo que los psicólogos institucionales intervenimos al modo del artistas que sobre una realidad urbanística vuelcan colores en un canal veneciano, o el niño sobre un libro que le propone dibujar sobre fotografías de nubes su propia gestalt visual (pareidolia); es decir sobre lo dado como natural, inamovible, instituido e incuestionable se propone lo novedoso o instituyente que transformará hasta un punto lo establecido. Y allí reside la creatividad del trabajo de intervención institucional realizado entre otros, con otros y para otros.

 

Conclusiones provisorias

Considerando que cumplimos los objetivos propuestos para esta exposición, concluimos señalando los siguientes puntos en cuanto a la relación entre la PsSC y la PI:

• La falta de transformaciones y la permanencia de síntomas institucionales instituidos se explica hoy desde una recursividad existente entre factores socio-político-económicos- subjetivos desde la PsSC y la PI.
• La PsSC y la PI aúnan campos disciplinarios sustentando la multidisciplina y la interdisciplina. En este sentido a la PI la SC le ha reforzado la tendencia a unir disciplinas afines y en acto ejercitando el dialogismo.
• La inclusión de disciplinas diversas coloca a la PsSC y a la PI en un campo renovador, instituyente, en diálogo abierto.
• La SC al valorar la mirada clínica en ámbitos colectivos refuerza el trabajo habitual para luchar contra una confusión común hoy, más que en el inicio de la PI, que consiste en asimilar la dimensión individual con el quehacer clínico.
• Pensar las relaciones entre PI y PsSC buscando similitudes y diferencias nos reúne para defendernos de un pragmatismo vacío.
• los contextos culturales nos acercan desde diferencias y similitudes con su incidencia en la práctica docente, de extensión e investigación.
• Existe una confluencia de marcos teóricos, objetivos y metodología entre la PI y la PsSC.

 

Analizando las relaciones de la PI con la PsSC advertimos que este es un encuentro de dos mundos y dos orillas, el latinoamericano desde las dos orillas regionales con el mundo francés; este es un momento propicio para plantear el desafío de intentar conjugar desde semejanzas y diferencias, para evitar el individualismo científico, el aislamiento rupturista, la competitividad de lugares o juegos hegemónicos, todas características desfavorables en la actual liquidez de estos tiempos.

 

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Esta exposición tuvo lugar en la Mesa Redonda Hipermodernidad y el devenir de los vínculos y de las instituciones, en el VIII Congreso Internacional de Psicosociología y Sociología Clínica,
Transformaciones sociales y desafíos del sujeto., Montevideo – Uruguay – 13 al 15 abril de 2011.  Organizado por Universidad de la República – Facultad de Psicología -Grupo de Sociología Clínica de Uruguay.
Este escrito forma parte de la tesis de doctorado en preparación de la autora de esta ponencia, en curso en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, tema: “Construcción de la cultura e identidad de una escuela de formación de músicos populares”

Lic. Alicia Corvalán de Mezzano
Prof. Titular Consulta Facultad Psicología, Universidad Nacional de Buenos Aires.

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Bibliografía

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Bauman, Z. (1998) Globalización, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.
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Bauman, Z (2006) Vida líquida., Paidós, Buenos Aires
Bauman, Z, (2009) Múltiples culturas, una sola humanidad., Katz Editores Buenos Aires.
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Berman, M. (1988): Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI, España.
Corvalán de Mezzano, A.N.(1998) Psicología institucional. En C. Pachuck y R. Friedler (Comp.), Diccionario Psicoanálisis de las configuraciones vinculares (pp. 355 – 362): Del Candil – AAPPG. Buenos Aires.
Corvalán de Mezzano, A.N. (2007). Permanecer y transformar. Crisis en las instituciones. JVE, Buenos Aires.
Corvalán de Mezzano, A.N. (Comp.), Fernández, G., Olmedo, S., Vilallonga, F., Vitale, N., de la Iglesia, M., et al. (2010). Psicólogos institucionales trabajando. Eudeba, Buenos Aires.
García Canclini, (2004) Diferentes, desiguales y desconectados, Gedisa, Barcelona.
Erikson E. (1979) Historia personal y circunstancia histórica, Alianza Editorial. Madrid.
Heuguerot, Cristina (2008). Psicología institucional en Uruguay. Un campo de problemas en construcción (comunicación personal).
Malfé, Ricardo (2002) De insomnes y soñadores. En Revista Foro Interno. Anuario de Teoría Política N°2 , diciembre 2002, Universidad Complutense de Madrid. España.
Montero, M. (2006) La investigación psicológica en América Latina: Un paradigma ético-político- La Psicología en Argentina-Vol. 1, Núm. 2 .Conferencia magistral presentada en el XIII Congreso de Psicología y II Encuentro de Investigadores de Mercosur Universidad de Buenos Aires 10 de agosto de 2006.

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Resumen

Un diálogo posible entre la Psicología Institucional (PI) y la Psicosociología Clínica (PsSC)
Centrados en las corrientes del campo social reconocidas como Psicosociología Clínica (PsSC) y Psicología Institucional (PI) proponemos pensarlas en el contexto actual de la modernidad líquida para analizar el devenir de sus mutuos vínculos.
Revisaremos las relaciones entre la PI y la PsSC en el contexto de vínculos frágiles, para reforzarlos con sus diferencias y semejanzas a fin de resistir a esa liquidez que perturba también la interdisciplinariedad. Para ello se parte de la Psicología Institucional iniciada en la década del 60 en Argentina con José Bleger y Fernando Ulloa, que continúa con las transformaciones actuales que incluye aportes desde otras orillas regionales: la uruguaya y la francesa.
Los objetivos planteados para este encuentro son los siguientes:
– juntar las visiones de las dos orillas y tres países en el contexto de esta modernidad líquida
– encarar un diálogo entre la PI y la PSC para vislumbrar conjunciones desde similitudes y diferencias
– confluir en marcos, objetivos, metodología.
– superar dos riesgos: a) la confrontación narcisista por juego
de intereses no cooperativos, b) caer en pensamientos excluyentes, aislantes y vulnerables.

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Palabras Claves

Psicología institucional – psicosociología clínica – diálogo- vínculos

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Summary

A possible dialog between the Institutional Psychology (IP) and Psycho-sociology Clinic (PsSC) 

Centered in the trend of the social field recognized as Psycho-sociology Clinic (PsSC) and Institutional Psychology (IP) we propose to think them in the current context of the liquid modernity to analyze the becoming of their mutual links.
We will review the relationships between the IP and the PsSC in the context of fragile and weak links, to reinforce them with their differences and similarities in order to resist that liquidity that disturbs also the interdisciplinarity.
For this, we start from the Institutional Psychology started in the 1960s in Argentina with José Bleger and Fernando Ulloa, which continues with the ongoing transformations that includes contributions from other regional shores: the uruguayan and the french.

The objectives set for this meeting are the following:
– Join the visions of the two shores and three countries in the context of this liquid modernity
– Engage in dialog between the IP and the PsSC to glimpse conjunctions from similarities and differences
– Converge in frameworks, objectives, methodology.
– Overcome two risks:
a) the narcissistic confrontation per game of non cooperative interests
b) fall into excludable thoughts.

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Key Words

Institutional psychology – psycho-sociology clinic – dialog – links

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Résumé

Un dialogue entre la Psychologie Institutionnelle (PI) et la Psychologie Clinique (PsSC)

En se concentrant sur les mouvements du champ social connus sous le nom de Psychologie Clinique (PsSC) et Psychologie Institutionnelle (PI), nous proposons d’y penser dans le contexte actuel de la modernité liquide pour analyser le devenir de ses liens mutuels.
Nous allons examiner les relations entre la PI et la PsSC dans le contexte de liens fragiles, pour les renforcer avec ses différences et similitudes afin de résister à cette liquidité qui dérange aussi le travail interdisciplinaire.
Avec cet objectif on part de la Psychologie Institutionnelle initiée aux années 60 en Argentine avec José Bleger et Fernando Ulloa, et que continue avec les transformations actuelles qui comprennent des contributions depuis d’autres bords régionales: l’uruguayen et le français.
Les objectifs proposés pour cette réunion sont les suivants :
– Réunir les visions des deux bords et des trois pays dans le contexte de cette modernité liquide.
– Affronter un dialogue entre la PI et la PSC pour entrevoir des conjonctions à partir des similitudes et des différences.
– Confluer en des encadrements, des objectifs, de la méthodologie.
– Surmonter deux risques: a) la confrontation narcissique à cause d’un jeu d’intérêts non coopératifs, b) tomber dans des pensées exclusives.

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Mots clés

Psychologie institutionnelle – Psychologie clinique – dialogues – liens