Creado en 1965 por un grupo de psicólogos originarios de la ciudad de Lyon, Clara Belisle y Alain Baptiste, el Fotolenguaje© ha sido puntualizado para facilitar la expresión de adolescentes originarios de medios desfavorecidos que tenían dificultad para comunicar su experiencia. La idea de proponer a estos jóvenes fotografías de diferentes fotógrafos, para expresarse en grupo, fue en un comienzo puramente intuitiva.
Los efectos de este método sobrepasaron los resultados esperados, y muy pronto, se extendió al dominio de la formación de adultos, en Francia y en el extranjero. Luego de haber sido experimentado en varios grupos, las fotos, que fueron agrupadas permitiendo explorar las representaciones sobre un tema, fueron impresas, publicándose tres documentos titulados: Cuerpo y comunicación, Salud y prevención, Elecciones personales en las elecciones profesionales.
Más allá de las fotos elegidas por su calidad estética y su valor simbólico, este método corresponde a cierta concepción de la coordinación de grupos. En efecto, una de las características del Fotolenguaje© es que el coordinador elige, él también, una o varias fotos para presentar en el grupo, participando en los intercambios grupales y favoreciendo el juego de identificaciones.
La utilización del método en el ámbito terapéutico necesita ciertas modificaciones, siendo la principal, el número de participantes. En terapia, el grupo tiene en promedio seis u ocho pacientes con dos o tres terapeutas. Los pacientes asisten con una frecuencia semanal de una hora o una hora y media para participar en el grupo de Fotolenguaje que es propuesto en la institución.
Desarrollo de una sesión de Fotolenguaje©
La sesión se desarrolla en dos tiempos : el de la elección personal de una o varias fotos y el tiempo de los intercambios en grupo. Después que el coordinador anuncia la consigna empieza la sesión que en un principio se desarrolla en el silencio necesario para que cada uno haga su elección. Cada participante se deja interrogar por las fotos, eligiendo con la mirada, dejando las fotos a disposición de los otros miembros del grupo. Después que el grupo eligió, el coordinador los invita a tomar las fotos precisando así: «No cambien de elección, si alguien eligió la misma foto que ustedes, cada uno contará acerca de la foto en el grupo».
El segundo tiempo comienza cuando todos los participantes se encuentran reunidos en círculo con una foto en la mano. El coordinador recuerda la hora al terminar la sesión, significando el tiempo compartido en el grupo. También se precisa que cada uno puede presentar su foto al grupo cuando lo desee, articulando lo que viene de decirse sobre una foto precedente, recomendando escuchar lo más posible la presentación de cada foto, pudiendo intervenir después si lo desea, para decir lo que observa de semejante o diferente sobre esta foto. Esta consigna es importante porque evita todas las intervenciones que tienen el riesgo de la interpretaciones abruptas. Se insiste sobre el hecho que no se interviene en función de una persona, sino de una foto presentada, dándole a la foto un lugar mediador, una tercera posición entre el sujeto y el grupo.
Con el Fotolenguaje©, el coordinador interviene sobre un modo participativo, no directivo. Es garante de un encuadre y puede ser llevado a decir, en caso de que un paciente se desvíe de la propuesta :
– Sea «volvamos a la cuestión, a la consigna que ha sido dada en el comienzo de la sesión»,
– O «¡y si volviéramos a las fotos ?»
Apoyándose sobre los elementos específicos de este método, el animador plantea un dispositivo en el que los límites son:
– por una parte, el proceso secundario: la consigna sobre la que se debe pensar, razonando lógicamente.
– por otra parte el proceso primario: la foto es una imagen externa en relación con imágenes internas, con nuestros afectos y nuestras percepciones, lo que nos lleva a razonar analógicamente. Con el fin de articular esta breve participación con las prácticas clínicas, me propongo transcribir una secuencia de un grupo terapéutico, en un hospital psiquiátrico.
Un grupo de adultos en terapia
El ejemplo es el de una paciente psicótica que participa en el grupo de Fotolenguaje© en un servicio psiquiátrico.
Silvia tiene unos cincuenta años y pasa por hospitalizaciones frecuentes, sobre todo en el momento de las fiestas de fin de año. El equipo de terapeutas la recibe en esos momentos en el grupo de Fotolenguaje© que se reúne una vez por semana en la unidad. Cada vez que vuelve Silvia elige la misma foto, el de una mujer sonriente y arrodillada, con el rostro que tiene una mirada calurosa. De su elección dice muy poco y comienza su foto siempre de la misma manera y con el mismo discurso. El equipo termina por cansarse de su actitud y surge la idea de impedirle en otra ocasión de retomar la misma foto.
La psicóloga no está de acuerdo. Ella desea hacer respetar las reglas del juego. Silvia, como los otros pacientes, será libre de su elección según las posibilidades del momento. Poco importa que su discurso parezca siempre defensivo y poco implicado. Sin embargo los terapeutas conocen bien la historia de Silvia. Originaria de América del Sur, perdió su madre muy joven. Era la mayor y crió una decena de hermanos, entre los cuales, un bebé, su hermano menor, que tenía pocos meses en el momento de la muerte de la madre. Silvia sufrió repeticiones traumáticas: perdió un hermano adolescente y una hermana deficiente, después que su padre también murió.
¿Cómo pensar tanto sufrimiento repetido ? Silvia sobrelleva una depresión e hizo varias tentativas de suicidio. El servicio psiquiátrico la sigue después de varios años y le permite volver a su casa, a pesar de una gran solicitud hacia ella, cada vez que mejora. Sin embargo, sus hospitalizaciones parecen repetir algo de su historia, como ella repite la elección de la foto, cualquiera sea la consigna y la variedad de las fotos propuestas.
Un día, Silvia aborda la foto de una manera nueva, que provoca en ella y en el grupo una viva emoción. Habla de su madre, de su mirada cariñosa, de su actitud tranquila y paciente, y reconoce por primera vez la relación entre esta imagen que se imponía y los recuerdos que ella guarda de su madre, en época en que ella era feliz y abierta a los otros. Cuenta que esta foto la marcó desde el principio, pero que no pudo ahorrar este tiempo de latencia antes de poder hablar. Esta foto la interrogaba, pero no se sentía fuerte para no poder dejar venir las representaciones que portaba.
El duelo y la angustia de muerte la hubiera invadido y el dolor también. Le fueron necesarias todas estas sesiones grupales para poder franquear la toma de conciencia. Sin duda necesitaba una gran confianza en el equipo y en el grupo al que volvía en cada hospitalización.
Otra hipótesis permite pensar que era necesario que el equipo llegara a querer violentarla prohibiéndole la elección de su foto, para que en las semanas siguientes pudiera hablar de los acontecimientos que la habían violentado en su vida. En todo caso, Silvia testimonia el descubrimiento de sí a través de las imágenes asociadas a una foto, que nos moviliza o nos atrae sin saber porqué. En el momento de la rememoración que permitió a Silvia religar la representación al afecto, eligió fotos diferentes, en particular fotos de mujeres, a las cuales decía poder identificarse un poco. Con el tiempo Silvia cambió incluso su apariencia física. En el comienzo, parecía una adolescente, perdida en un pulóver azul marino, los cabellos largos y desarreglados y un jean que le daba un aspecto asexuado, dieron lugar a un nuevo corte de cabello y a un aspecto más femenino y más curado.
Poniendo en palabras las imágenes de su madre, Silvia encara un trabajo psíquico de duelo, que poco a poco da un nuevo sentido a su vida y a los objetos perdidos, pero interiorizados. La imagen de ella está ligada a esas imágenes anteriores de los objetos amados y conservados dentro de sí.
En su caso la foto parece haber permitido liberar los duelos enterrados, enquistados en ella, que quedaron hasta entonces como duelos no elaborados. El trabajo psíquico que necesita el duelo está reflejado en la imagen fotográfica que, después de un largo tiempo de latencia, permitió mantener la relación con las representaciones preconscientes pero no todavía conscientes de su relación con los objetos perdidos.
La mediación por la foto y su función de transicionalidad
Incontestablemente las fotos son objetos transicionales, que son depositados, que forman parte del medio, de la herencia cultural y socio-cultural común, donde cada uno puede depositar una parte de sí mismo, atribuyéndole así un sentido específico en función de su vivencia personal, en una búsqueda de encontrado-creado, según D.-W. Winnicott. Todo se juega alrededor de la tolerancia a la paradoja : «el otro soy yo y no soy yo», paradoja fundadora de las identificaciones primarias.
De la misma manera que el niño construye una identidad a través de los vínculos que elabora entre su resentir corporal, el afecto que lo acompaña y su adquisición progresiva del lenguaje, el sujeto va a religar sobre su cuerpo todos los lenguajes :
– el lenguaje verbal,
– el lenguaje de las imágenes y de lo imaginario,
– el lenguaje gestual, pues las fotos se manipulan, se pasan, se muestran, se tienen de una manera o de otra, participando del lenguaje gestual y revelando ciertos matices,
– en fin el lenguaje del cuerpo que se manifiesta por la emoción.
Es en efecto uno de los aspectos más importantes del Fotolenguaje© ver algunos participantes expresarse con cierta emoción y constatar que el grupo siente la emoción y la contiene, por el hecho mismo que sus miembros resienten ciertos aspectos comunes y próximos.
En el Fotolenguaje©, el grupo, con sus efectos portadores y contenedores, juega un rol importante. Con los enfermos, hace falta más tiempo para que el grupo se constituya, pero a poco las fotos sirven de puntos de anclaje a las diferentes etapas vividas por el grupo; una historia grupal se construye a partir de estos referentes comunes.
Las fotos favorecen la inscripción de la vivencia grupal en una memoria común y al mismo tiempo favorecen la percepción de un cuerpo grupal que existe y que vive. He retenido la hipótesis de que la representación de sí mismo en el grupo se apoyaba sobre las representaciones que el grupo tenía de sí mismo en calidad de grupo. El grupo se constituye y evoluciona en función de sus diferentes representaciones que evolucionan igualmente a medida que este se constituye. La representación de sí mismo, de cada participante, se apoya o no sobre las representaciones del grupo.
Los diferentes lugares del juego en el método del Fotolenguaje©
El término lugar lo entiendo en el sentido del espacio de juego, porque me parece que no se puede hablar del trabajo con las fotos sin referirse al trabajo de teorización de D.W. Winnicott (1971).
– Decía desde hace un momento que uno se podía sentir más o menos semejante o diferente a partir de lo que uno expresa de una foto con otros. Este primer lugar del juego se sitúa entre subjetividad y objetividad.
– Hay otro lugar de juego entre los registros que incluyo; hablo de registro de imágenes y percepciones, de afectos que pertenecen a los procesos primarios, de los conceptos y de los sentimientos que pertenecen al proceso secundario. El juego existe en la alternancia entre dos registros en el método del Fotolenguaje©.
– Otro espacio de juego se encuentra entre las imágenes internas y las imágenes exteriores que son las fotos.
– Para terminar, y es allí donde se juegan y se vuelven a jugar las imágenes de si constitutivas de una identidad a través del juego de las identificaciones, un otro lugar de juego se instaura entre las imágenes de sí percibidas desde adentro y las imágenes que los otros nos reflejan como espejo.
Me parece que sería beneficioso referirnos a la hipótesis del doble límite desarrollada por André Green (1982) que formula la existencia de procesos terciarios que relacionan los procesos primarios con los procesos segundarios. El doble límite es de hecho una doble relación entre el consciente-preconsciente y entre el inconsciente, por un lado el adentro y el afuera por otro lado. A. Green se sitúa en el punto de encuentro entre estas dos líneas. Pienso que el trabajo con las fotos muestra perfectamente esta referencia teórica. Las fotos permiten la ida y vuelta entre el adentro y el afuera, las imágenes exteriores y las imágenes interiores, pero también facilitan al inconsciete y reciprocamente la emergencia de las representaciones inconscientes en el campo de la consciencia.
Gracias a las fotos, que mediatizan y que al mismo tiempo, canalizan la angustia inherente al estar en presencia de otros desde la mirada que nos hace más o menos existir, se crea una ruptura entre el sí mismo percibido desde adentro y el sí mismo enviado en reflejo que nos viene de afuera. Esta ruptura puede volverse un lugar, un espacio intermediario, un «área intermediaria», diría Winnicott, que es creadora de sentido.
La imagen mediación en el grupo
Yo me referiré a la teoría freudiana, pues en el célebre texto de “El Yo y el Ello”. Freud habla del pensamiento en imágenes y escribe: “El pensamiento en imágenes no es más que un modo imperfecto de volverse consciente. Desde el punto de vista onto y filogenético, está de alguna manera, más próximo de los procesos inconscientes” (p. 233).
Es decir, que para Freud el pensamiento en imágenes concierne tanto al sujeto como a su realidad psíquica interna, como a la dimensión colectiva y lo que se transmite de generación en generación, en una cultura dada. En uno y en otro caso, el pensamiento en imágenes está más próximo a los fenómenos inconscientes.
Se ve que lo que caracteriza la cadena de imágenes asociadas es el hecho de que ella están siempre ligadas a los afectos. Yo sostengo la idea de que la imagen y el afecto son una pareja inseparable. Es la razón por la cual yo hablo de imagen y no de representación, pues la representación, puede estar separada del afecto, como es el caso en la clínica de la personalidad obsesiva que pueden hablarnos de recuerdos muy impresionantes, sin afecto, sin emoción, logrando clivar el afecto de la representación de la escena traumática. En consecuencia, la imagen que se manifiesta en el pensamiento en imágenes, está muy próximo al inconsciente y está también de hecho próximo a la experiencia perceptiva, corporal, que inscribe los trazos del psiquismo, los trazos sensoriales, del orden de las primeras percepciones religadas a las primeras emociones, en la experiencia precoz del sujeto, en el vínculo primario de la madre y el hijo.
Se puede decir quela imagen es la mediación entre:
– el adentro y el afuera,
– entre el sujeto y el grupo,
– entre el sujeto y el otro(analista)
– entre el sujeto y el sí mismo.
– La imagen es una mediación entre la conciencia y el inconciente. La imagen es una producción que es le espacio psíquico predilecto del imaginario. Las producciones imaginarias son preconscientes.
– La imagen es la ocasión de religar la neurosis infantil y la neurosis actual por el intermediario de la transferencia en la cura.
Nosotros tenemos necesidad de pensar en imágenes, pues la metáfora es una de las vías que abre a la simbolización. Las imágenes son una mediación entre la realidad externa y la realidad psíquica: las imágenes permiten establecer relaciones en la realidad intrapsíquica del sujeto, porque ellas son el objeto de los intercambios intersubjetivos.
La imagen como mediación en el dispositivo grupal da la ocasión de movilizar el proceso primario del lado del inconsciente, en un moviendo de regresión necesario a toda figuración inicial. Es a partir de este modo de figuración que puede llegarse a un auténtico proceso de simbolización. Cuando hablo de simbolización lo que quiero decir es el proceso de relación entre el proceso primario y el proceso secundario por intermediario de los procesos terciarios, como los ha definido André Green.
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Resumen
Este texto muestra como la mediación por la foto puede favorecer los procesos transicionales del juego con pacientes en un hospital psiquiátrico. El Fotolenguaje© moviliza el pensamiento en imágenes para el sujeto y el grupo también. Cuando la confianza en el grupo está bastante instalada, el sujeto puede depositar en el grupo una parte de sus traumatismos. Cuando los miembros del grupo hablan de una foto permiten la transformación del objeto mediador y el acceso a la simbolización.
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Palabras claves
Grupo – Foto – Mediación – Transicional – Pensamiento en imágenes – Simbolización.
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Résumé
Ce texte montre comment la médiation par la photo peut favoriser les processus transitionnels du jeu avec des patients à l’hôpital psychiatrique. La méthode Photolangage© mobilise la pensée en images du sujet et du groupe. Lorsque la confiance dans le groupe est suffisamment installée, le sujet peut y déposer une part de ses traumatismes. Quand les membres du groupe s’expriment sur la photo, cela favorise la transformation de l’objet médiateur et l’accès à la symbolisation.
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Mots-clés
Groupe –Photo – Médiation –Transitionnel – Pensée en images – Symbolisation.
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Summary
This text shows how the mediation by the photo can help the development of transitional processes of game with patients in psychiatric hospital. The Photolangage© mobilizes the thinking in images of subject and group also. When the trust in group is good enough, the subject can lay a part of his traumatisms. When the members of group speak about a photo it helps the transformation of mediatory object and access to the symbolisation.
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Key-words
Group – Photo – Mediation – Transitional – Thinking in images -Symbolisation.
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