El objetivo de este trabajo es profundizar aspectos del artículo «Transferencia y contratransferencia en la situación grupal» escrito por E. Pichón Rivière con la colaboración de Ana P. de Quiroga en 1970. Para tal fin se incluirán algunas puntualizaciones a la luz de conceptos extraídos de distintos artículos correspondientes a otros momentos de la obra de E. Pichón Rivière. Al mismo tiempo se harán relaciones y comparaciones con otros autores, en particular H. Ezriel y J. Rickman y un enfoque sobre los fenómenos transferenciales en el encuadre del grupo operativo.
Ante todo es necesario señalar que E. Pichón Rivière participa del criterio que considera que la transferencia no es exclusiva de la situación analítica manifestándose también en otras circunstancias, distinguiendo entre fenómenos transferenciales y su conceptualización e implementación técnica, considerando tanto el contexto como el encuadre en que se producen. Para E. Pichón Rivière la resistencia y la repetición se mantienen como características esenciales de la transferencia, relacionando estos conceptos al obstáculo, la resistencia al cambio y el estereotipo.
Transferencia y Grupo Interno
También y como punto a destacar corresponde decir que su propuesta sobre la transferencia en la situación grupal. E. Pichón Rivière la desarrolla a partir de la idea de una dramática interna que tiene una dimensión inconsciente, del mundo interno configurado como un escenario, del argumento que organiza el grupo interno del sujeto, concepto central y antecedente fundante de la psicología social.1 Es por esto que al referirnos a la transferencia en grupo puede decirse que los sujetos intentan poner en escena su dramática interna, su argumento interno, produciéndose un encubrimiento de las personas reales presentes en el grupo actual por «personajes» que remiten a la historia del sujeto.
La indagación del grupo interno y su confrontación con el grupo externo, su carácter dialéctico o dilemático es un referente básico en el pensamiento de E. Pichón Rivière; grupo interno que tiene su fuente y origen en las experiencias del sujeto en su contexto familiar cumpliendo una función de modelo de posteriores experiencias, con un desarrollo progresivo y complejización en función del proceso de socialización.
Es con el antecedente de haber caracterizado el mundo interno como grupo interno, como estructura dinámica con una permanente movilización de objetos, de vínculos, de experiencias internalizadas con connotación afectiva y simbólica,*que E. Pichón Rivière define a la transferencia como «proceso de adjudicación de roles inscriptos en el mundo interno de cada sujeto»
En el marco de esta perspectiva la comprensión de los fenómenos transferenciales requiere incluir como idea complementaria las características dramáticas que tiene el grupo, en tanto personas en interacción compartiendo un tiempo y un espacio. E. Pichón Rivière sostiene en el artículo citado:
«La estructura interaccional del grupo no sólo permite sino que estimula la emergencia de fantasías inconscientes. A esto nos hemos referido cuando hablamos del modelo dramático. La fantasía inconsciente, crónica del acontecer intrasubjetivo del grupo interno del sujeto, el grupo interno de cada integrante y el grupo externo poseen un común denominador: la estructura dramática. Por drama entendemos la acción que relaciona personas por medio de la comunicación, siendo el rol el instrumento del encuentro, que determinará formas de interacción y que excluirá otras».
Es entonces desde esta línea de pensamiento que la situación grupal tiene para los sujetos las características de una puesta en escena, cumpliendo el grupo la función de espacio transicional en el que el sujeto tiende a dramatizar sus argumentos internos; espacio grupal en que las escenas grupales que se despliegan, de las que el sujeto es a la vez «coautor», son a su vez convocantes de escenas, de personajes internos y de niveles arcaicos del psiquismo. Son las escenas internas connotadas por una dramática significativa para el sujeto, las que al ser proyectadas producen fenómenos transferenciales.
E. Pichón Rivière, H. Ezriel y J. Rickman
En «Transferencia y contratransferencia en la situación grupal» E. Pichón Rivière incorpora a su propuesta algunas conclusiones de H. Ezriel sobre la transferencia en grupos. Este autor afirma que los residuos de conflictos infantiles no resueltos constituyen fantasías inconscientes sobre las relaciones del individuo con sus objetos. Son estas fantasías las que determinan las tentativas del individuo para establecer una clase de relación específica entre sí mismo y los objetos del mundo exterior. En un grupo, los miembros proyectan sobre los otros su objeto fantasmático y tratan de hacerlo conforme a su propio deseo. Si hay concordancia en lo proyectado cada miembro desempeñará un rol y se advertirá una «tensión común» que Ezriel denomina «común denominador» de las fantasías inconscientes.2
Para Ezriel la transferencia del sujeto en un grupo es una resultante de la actitud frente al «común denominador» grupal respecto a la cual asume diferentes roles, poniendo en escena, conflictos no resueltos. La transferencia Ezriel no la considera exclusivamente como una relación con la figura del coordinador, sino que se establece respecto de un «común denominador» en cuya formación participan todos los integrantes. Para este autor serían las diferentes experiencias individuales frente a la situación edípica la razón determinante de los distintos roles asumidos y adjudicados.
E. Pichón Rivière incorpora ideas de Ezriel con coincidencias respecto a lo disposicional de la transferencia como conflicto inconsciente que da lugar a su expresión dramática, pero las refuncionaliza y redefine a partir de conceptos propios: el concepto de portavoz y la articulación de lo vertical y lo horizontal, nociones fundamentales en la comprensión del acontecer grupal que tienen por antecedente la indagación de la dinámica del grupo familiar, relacionados a la vez a la teoría del emergente. A diferencia de Ezriel puede pensarse que en E. Pichón Rivière el ínter juego entre asunción y adjudicación de roles como serie de encajes recíprocos remite tanto a la historia previa del sujeto, («prehistoria grupal configurada por las fantasías básicas de los sujetos»), como a la historia grupal que están compartiendo y a la dinámica de las depositaciones.
E. Pichón Rivière clarifica plenamente su perspectiva marcando las diferencias al tratar lo histórico en el grupo, como problema que remite a la relación sujeto-grupo. Hace para esto referencia al punto de vista de J. Rickman, quien fue uno de los primeros analistas en interrogarse sobre la transferencia en grupos.
Para Rickman existía diferencias entre lo que denominó una psicología unipersonal, bipersonal, tripersonal y multipersonal. La psicología multipersonal corresponde al plano del grupo y su conceptualización requiere de la comprensión de las «fuerzas psicológicas» que operan cuando varios individuos están reunidos. Para este autor una de las diferencias entre la situación analítica individual y grupal resulta de considerar la infancia que tiene todo sujeto por haber pasado por una etapa de inmadurez y dependencia, circunstancias que permitirían comprender la transferencia en un sentido cronológico e histórico como reminiscencia de situaciones infantiles que se reactualizan en la relación analítica.
Si los grupos como dice Rickman carecen de una historia en términos de infancia, de alternativas de desarrollo, es válido plantearse como cuestión pertinente a la transferencia, qué ocurre en los grupos desde el punto de vista histórico: «¿cuál es la historia de un grupo? ¿Qué es lo arcaico en el grupo? “ como lo hace E. Pichón Rivière.
En otros términos: ¿que ocurre en los grupos en tanto estos no tienen una única historia infantil en el análisis de la transferencia?, ¿es válido hablar de una transferencia grupal?, ¿cómo se interpreta la transferencia?
La problemática epistemológica que surge de la relación sujeto-grupo en el campo de la transferencia grupal. E. Pichón Rivière la resuelve desde el análisis de la relación dialéctica individuo-grupo. Con respecto a esta temática corresponde recordar que E. Pichon Riviere siempre estuvo atento al problema de marcar las diferencias entre » grupos centrados en la tarea» y otros tipos de grupos desde criterios relacionados a la técnica y que hacen al modo de abordar la transferencia.3
Los problemas epistemológicos que presentan la grupalidad han estado significativamente presentes en el pensamiento de E. Pichón Rivière. En l963 al concluir el Prólogo del libro de F. K. Taylor «Un análisis de la Psicoterapia Grupal» decía:
«…ese «empirismo caótico» a que se refiere Pontalis. Evidentemente, una tarea nos hace falta realizar: la ubicación ideológica de los distintos esquemas referenciales empleados. La acusación de «artificialismo» a veces bien fundada, lo mismo que la de cierta «mistificación».
F. Bourricaud escribe a propósito de esto: «El estudio de los pequeños grupos sin pasado, sin localización territorial precisa, resulta peligroso cuando sólo hace uso de mecanismos psicológicos superficiales y pone de manifiesto los estereotipos, dejando escapar la profundidad espacial, el espesor temporal de la realidad social»
Objetos Transferenciales
Para E. Pichón Rivière el campo grupal se caracteriza por «transferencias múltiples», es decir por la presencia de múltiples objetos transferenciales. Encontramos aquí un enfoque que tiene semejanzas con el propuesto por A. Bejerano, quien plantea cuatro tipos de objetos transferenciales, tres interiores al grupo a) transferencia central: el coordinador; b) transferencias laterales: los otros participantes; c) el grupo como tal.) y un objeto exterior al grupo: el mundo exterior.
“Las fantasías transferenciales emergen tanto en relación con los integrantes del grupo como en relación con la tarea y el contexto en el que se desarrolla la operación grupal» (E. Pichon Riviere. Transferencia y contratransferencia en la situación grupal. ).
«Frente a esta tarea o frente al grupo como totalidad los integrantes experimentan ciertos signos de fantasías inconscientes que en ese momentos son compartidas» (E. Pichon Riviere. El concepto de portavoz.)
Tarea y Transferencia como hipótesis de Trabajo
«La transferencia debe ser entendida como la manifestación de sentimientos inconscientes que apuntan a la reproducción estereotipada de situaciones, características de la adaptación pasiva». (E. Pichón Rivière. Transferencia y contratransferencia en la situación grupal)
«El abordaje de los procesos transferenciales que tiñen la interacción grupal deber tener en cuenta esa relación básica: grupo-tarea». (E. Pichón Rivière. Transferencia y contratransferencia en la situación grupal)
En «Transferencia y contratransferencia en la situación grupal» E. Pichón Rivière establece significativas relaciones entre transferencia y aprendizaje. Se refiere al aprendizaje como apropiación de la realidad que implica reestructuración de los vínculos, al fracaso en el aprendizaje de la realidad como fracaso de la integración, a un saber previo que puede llegar a impedir el cambio, a un sujeto que requiere reconocerse como temporal en un aquí-ahora en relación con su pasado a la vez que con un proyecto que lo incluye existencialmente.
A partir de estos conceptos, que entre otros forman parte del esquema referencial del coordinador de un grupo operativo, la transferencia desde un punto de vista teórico-técnico tendría el carácter de una hipótesis de trabajo basada en el criterio de que la tarea se realiza en transferencia. Como fenómeno, una de sus significaciones es la de manifestarse como un tipo de obstáculo relacionado a un estado de inhibición en el proceso de aprendizaje, presentándose como resistencia (resistencia al cambio) desdibujándose así la tarea como objetivo explícito a la vez que referente y valor permanente del encuadre.
A nivel latente los contenidos reprimidos o disociados son los que otorgan significación a los distintos objetos transferenciales: grupo, integrantes, contexto, coordinador y a la misma tarea4. La indagación de este nivel por parte del coordinador es la que posibilita comprender la evolución y articulación de los «componentes emocionales» que se generan durante el proceso grupal y que pueden ser evaluados según el grado de integración o escisión.
Desde un punto de vista teórico-técnico la relación grupo, coordinador, tarea ha tenido múltiples y significativos desarrollos. En función del tema que nos ocupa resulta interesante recordar la propuesta que hizo Ernesto C. Liendo,5 al señalar que “cada emergente grupal esta sometido a cinco presiones estructurales: la estructura individual, la estructura grupal, el coordinador, la tarea y la institución a la que el grupo pertenece».
La estructura grupal incluye al coordinador y pone en evidencia situacional el vínculo transferencial (transferencia central) resultante del momento que esta atravesando el grupo frente a la tarea manifiesta: momento paranoide, depresivo o confusional, adquiriendo entonces el vínculo transferencial el carácter de transferencia instrumental (en esta circunstancia el coordinador pasa a ser depositario de la tarea del grupo) basada en la disociación, la depositación de ansiedades y la adjudicación de rol. Este autor relaciona, aunque no los considera equivalentes, las vicisitudes del vínculo idealizado o persecutorio a los supuestos básicos de dependencia y ataque y fuga de W. Bion, y reflexiona sobre la contratansferencia señalando la posibilidad que por contra identificación el coordinador no comprenda el acontecer latente de la estructura grupo-coordinador-tarea.
Lo antes mencionado esta orientado a subrayar cómo el obstáculo en su significación transferencial puede ser comprendido como un «producto de la realización misma de la tarea» constituyéndose un vértice de lectura que considere los fenómenos transferenciales en la situación grupal, entre los que se pueden incluir los supuestos básicos de Bion como fenómenos idiosincráticos de grupo, enmarcados en la representación que tienen los sujetos de la tarea a realizar.
Otras Referencias sobre la Transferencia en E. Pichón Rivière
Tal como fue anticipado para profundizar lo expuesto desde el pensamiento de E. Pichón Rivière, nos proponemos hacer un recorrido de tipo diacrónico a través de su obra.
Como antecedentes de su propuesta podemos considerar «Teoría del Vínculo» donde se refirió a la transferencia como un vínculo interno que es «ficticio» en tanto el analista tiene las características de una figura anterior, en otros términos, reviviendo el analizado a través del analista el vínculo con los primeros objetos. Lo característico de la transferencia sería entonces un ínter juego entre el pasado y el presente, la reedición de una modalidad de relación, un revivir sin recordar. La transferencia puede ser caracterizada entonces como «reedición de modelos de vínculos inscriptos en el mundo interno» o «como modelos de relación vigentes en el mundo interno».
«No existen relaciones impersonales ya que el vínculo de dos se establece siempre en función de otros vínculos históricamente condicionados en el sujeto y que acumulados en él, constituyen lo que llamamos el inconsciente…. Entonces, cuando deposita sobre otro sujeto mediante el mecanismo de desplazamiento o de proyección un determinado objeto interno, establece con él un vínculo ficticio, como lo es por ejemplo el vínculo transferencial, donde el analista llega a tener las características de una figura anterior y tiene operancia en el tratamiento justamente por eso: porque a través de la transferencia se puede revivir el vínculo primitivo que el paciente tiene con sujetos primarios, de su primera época de vida. De esa manera se puede rectificar la naturaleza de esas imágenes y hacer el aprendizaje de la realidad, el aprendizaje en sentido general». (Teoría del vínculo. Nueva Visión. Bs. As. 1985 Cáp. III Pág. 49).
En «Teoría del vínculo» también se refiere al análisis de los contenidos latentes que están en relación con los vínculos racionales en un proceso dialéctico «en términos de espiral».
«Un vínculo racional con alguien siempre incluye una situación latente, podemos decir irracional; entonces ese vínculo irracional es lo que se volverá racional durante el proceso de análisis» (Op. Cit…Pág.58).
Respecto a la regresión en la transferencia:
«Durante el mecanismo de la regresión se hace más superficial lo profundo. Es una actualización de estratos profundos que se vuelven operantes a través de un pattern de conducta que se reactiva»
(Op.Cit. Pág. 59).
«… hacer una regresión y repetir en la transferencia una pauta de conducta anterior, revivir una situación histórica determinada, rectificarla en el contexto de la situación psicoanalítica actual y aprender de nuevo como si hiciera un re-aprendizaje de lo que vive»
(Op.Cit. Pág.59)
E. Pichón Rivière en una «Nueva problemática para la psiquiatría» (1967) se refiere indirectamente a la transferencia diciendo «El perturbador de todo el contexto de conocimiento es el tercero, cuya presencia a nivel del vínculo y del diálogo condiciona los más graves disturbios de la comunicación y del aprendizaje de la realidad».Recordemos que noción de vínculo sustituyó a la noción de relación de objeto, que en esta oportunidad definió como una Gestalt que es al mismo tiempo bipersonal y tripersonal incluyendo la dimensión temporal.
Al escribir el prólogo al libro de David Liberman «La comunicación en terapéutica psicoanalítica» (l963) hace un enunciado equivalente:
“Otro punto de partida y que forma parte de su esquema referencial, conceptual y operativo es el de considerar al proceso psicoanalítico como un proceso dialéctico, en espiral, con la intervención bicorporal, pero siempre tripersonal, que el tercero «escamoteado», negado, etc. de la situación triangular aparece como el «modificador del campo» y puede ser comparado con el ruido en la teoría de la información».
También en «Grupos Operativos y Enfermedad única» (1965) trabajo sobre psicoterapia grupal, E. Pichón Rivière se refiere a la técnica de grupo operativo diciendo:
«Implica el análisis de los aspectos referentes a la transferencia en el grupo, que se expresa a través de un portavoz, quien expresa algo en relación (vínculo positivo o negativo) con el coordinador y que en un primer período es dispersa, escindida en pedazos, caótica, débil, inestable y que a medida que progresa la tarea del grupo va mostrando mayor cohesión»
También se refiere en este trabajo a la contratransferencia (transferencia recíproca en el artículo de l970) relacionándola a los estilos de liderazgo.
En un texto anterior, «La noción de tarea en psiquiatría» (l964) relaciona transferencia con pretarea diciendo «En el contexto de la situación terapéutica correctora, la situación transferencial y contratransferencial ocurre principalmente en el ámbito de lapretarea». Sabemos que este enunciado se hace especialmente significativo en el análisis del proceso grupal y en particular en la etapa inicial del grupo.
En 195l en «Algunas observaciones sobre la transferencia en los pacientes psicóticos» E. Pichón Rivière se refiere extensamente a la transferencia desde un marco de referencia que incluye ideas de S. Isaacs sobre la fantasía inconsciente y la teoría de M. Klein sobre las posiciones esquizo-paranoides y depresivas, relacionando la situación transferencial con la identificación proyectiva (es la identificación proyectiva que configura, según mi experiencia, muchos aspectos de la situación de transferencia), mecanismos de control y apaciguamiento del perseguidor.
“En la situación transferencial el paciente repite fantasías que tuvo durante los primeros años de su vida y que constituyen el contenido profundo de la situación transferencial en lo que se refiere al impulso hacia el objeto como a los mecanismos de defensa que están incluidos como un todo en la situación»
Esta perspectiva, aunque modificada la volvemos a encontrar en 1970. “Lo transferido serían fantasías incluidas en el establecimiento de los vínculos tempranos…»
Otras consideraciones
En el artículo que es motivo del presente trabajo E. Pichón Rivière profundiza la relación pasado-presente como instancias temporales al afirmar que la transferencia en el pasado implica el rechazo de un deseo, agregando que el rechazo se sitúa en una estructura vincular y será «provocado por una sentimiento en relación al objeto» planteando entonces que el proceso transferencial permitiría inferir las características del estancamiento en el aprendizaje de la realidad, completando esta idea al indicar que la repetición es reproducción opuesta al aprendizaje. Si seguimos una de las perspectivas que propone Freud respecto a la transferencia, puede decirse que el contenido del deseo aparece como presente y no como pasado, que el sujeto no recuerda, que repite en vez de recordar.
Este criterio estaría presente en Pichón Rivière: el recuerdo como referencia del pasado es lo que le permitiría al sujeto reubicarse respecto a su deseo, al «otro» de su deseo. Pero en tanto el sujeto no tiene signos de su pasado el deseo como afecto es vivido como presente ligándolo a otra persona estableciendo una «falsa conexión»,un «falso encuentro», una conexión que se establece por «analogía emocional» correspondiente a otra situación, a otro o entre otros, en otro lugar, en un antes que representa a la vez una situación de ansiedad. De esta manera se reactualizaría el conflicto que lo llevó a reprimir; si el sujeto recuerda, el pasado se desactualiza, lo histórico es resignificado desde el presente, reelaborando así sus experiencias anteriores.
Por último es indicado incluir algunas aclaraciones que sobre el concepto de transferencia en E. Pichón Rivière hiciera Ana. P. de Quiroga en algunas de sus clases al referirse al tema. Para E. Pichón Rivière la transferencia sería un proceso presente en toda interrelación entre mundo interno-externo con la siguiente aclaración: el carácter resistencial de la transferencia lo refiere al hecho de que esta se intensifique o se congele. El fundamento de este enfoque radica en el hecho de que no nos podemos conectar con otros sino desde los modelos previos. Desde la definición de la transferencia como «actualización de modelos vinculares inscriptos en el mundo interno» se revaloriza lo transferencial situándolo no sólo en el terreno de la resistencia, debido a que no podemos aprender algo nuevo si no es ubicándonos desde lo conocido. Sería resistencial cuando se intensifica encubriendo de manera significativa una realidad externa, operando entonces como obstáculo en el conocimiento de una nueva realidad vincular estereotipándose.
Al concluir estas puntuaciones sobre el concepto de transferencia en la obra de E. Pichón Rivière, que seguramente pueden ser ampliadas, corresponde aclarar que he tratado de destacar una línea de pensamiento que si bien presenta modificaciones se mantiene en lo esencial. Cuando E. Pichón Rivière desarrolla el concepto de transferencia situándolo en el proceso grupal, relacionándolo a la vez con la técnica de los grupos operativos, nos encontramos con un texto de cuya temática puede decirse, una vez más, es inherente al pasaje del psicoanálisis a la psicología social.
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Notas
1 «Este conjunto de relaciones internalizadas en permanente interacción y sufriendo la actividad de los mecanismos o técnicas defensivas constituye el grupo interno, con sus relaciones, contenido de la fantasía inconsciente». Freud: un punto de partida de la psicología social. E. Pichón Rivière. El Proceso Grupal. Nueva Visión.
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*Ver Prólogo «Del psicoanálisis a la psicología social»
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2 «Ezriel propuso diferenciar tres tipos de relaciones objetales que establecen entre sí los integrantes del grupo: la relación requerida, la relación evitada y la relación catastrófica. La relación requerida expresa la defensa dominante, la relación evitada el deseo, y la relación catastrófica sería la consecuencia de la realización del deseo. La relación catastrófica puede no concretarse o acontecer en la realidad, pero tiene » realidad en el mundo interno». La dinámica inconsciente grupal. Carlos A. Fumagalli, Roberto R. Romero.
En Grupo. Objeto y teoría. Roberto R. Romero. Susana T. Saune. Vol. III Lugar Editorial.
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3 Historia de la técnica de los grupos operativos. El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (1). Enrique Pichón Rivière. Edición ampliada. Nueva Visión.
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4 E Pichón Rivière advirtió la importancia del material inicial en la situación de apertura como emergente que representaría la base del desarrollo del contenido latente.
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