Definición
“Incestual califica aquello en la vida psíquica individual y familiar lleva la impronta del incesto no fantaseado, sin que sean necesariamente cumplimentadas las formas genitales. Lo incestualen cierta forma está tomado (aprisionado) entre el incesto fantaseado y el incesto genitalmente consumado.Su área, singular es específica (aunque más que de un área, habría que hablar de una falla).”[1]
Introducción
Es una noción concebida por Paul-Claude Racamier (1998) a partir de su trabajo en el seno de una institución de pacientes psicóticos. Este concepto se puede aplicar tanto a los pacientes psicóticos como a las organizaciones psicóticas que no han producido una psicosis franca, las formaciones de naturaleza perversa y los déficits en la constitución del sujeto (estados límites), en los cuales la sombra del incesto acecha de una manera prevalente. Lo incestual y la incestualidad permite generalizar la problemática del incesto a la mayor parte de las patologías no neuróticas. La oposición entre el Edipo por una parte y el incesto por la otra reposa sobre la diferencia esencial que existe entre la fantasía pensada y la actuación. Lo incestual abarca un campo amplio y abierto pues si bien tiene importancia en la terapia individual, se lo puede detectar bajo otras formas de presentación en las familias psicóticas y no psicóticas. S. Freud le dio a los problemas mentales un enfoque prevalentemente intrapsíquico y su marco de referencia fue la neurosis, aunque se ocupó de las perversiones y las psicosis. En la neurosis el conflicto interno se juega entre el deseo y la ley. No sucede lo mismo en las patologías no neuróticas, narcisistas o identitarias, centradas sobre el malestar (mal être) y la depresión, abarcando el amplio abanico de los estados límites, con prevalencia de trastornos relacionales, caracteriales, actuaciones, adicciones, somatizaciones diversas, así como problemas de personalidad (inhibiciones simples, trastornos del pensamiento etc. (J. Defontaine 2002).
El concepto se originó a partir de interrogaciones acerca de la clínica de la psicosis y la relación opuesta que hay entre Incesto y Edipo (Racamier P.C 1998, pág 150)
El incesto contra el Edipo
El concepto Incestual comenzó a partir de investigaciones de familias y de las psicosis. Notando en las psicosis la ausencia habitual del tabú del incesto, la emergencia de fantasías pseudo-edípicas en estado bruto, llamando la atención la frecuencia de la práctica incestuosa en las familias con psicóticos. El incesto en los esquizofrénicos no era frecuente ni importante, lo que prevalecía era la relación incestuosa y los equivalentes del incesto. Es el incesto en acción que no se limita a su práctica genital pues tiene equivalentes. El incesto no es el Edipo, es todo lo contrario (Racamier P. C 1998). Lo incestual constituye la salida inevitable de una relación de seducción narcisista impuesta que perdura en el tiempo sin permitir el desarrollo del Edipo, la aparición del padre, el deseo y su interdicción. Se ubica en el seno de la constelación antiedipica. “Lo incestual define una modalidad propia de organización de la vida psíquica individual y mas aún familiar” (Racamier P.C 1998, pág. 151).
El registro de lo incestual no es: el registro del Edipo, no tiene nada que ver con el tabú del incesto, el registro de la castración y del duelo originario. No tiene que ver con la representación del deseo, la fantasía, no toma la vía del símbolo, no se presta al desplazamiento y las formaciones de compromiso. Si bien no es del todo secreto no circula en el área de lo discreto, no se desarrolla en el área transicional. Lo incestual atraviesa los espacios y a las personas, no es continente.
El registro incestual toca al Antiedipo y a la seducción narcisista pertinaz, su tabú no es el incesto sino la verdad sobre el incesto. Es el fantasma no fantaseado. Es del orden de la acción, generando núcleos explosivos y vacio alrededor, traspasando las psiques, los límites o sea es trans-psíquico.
El registro incestual saca su potencia de aquello que elimina, pues rechaza las dos organizaciones mas importantes de la vida psíquica: el tabú del incesto y la importancia del duelo originario.
El duelo originario y la posición depresiva central están en el origen de toda separación primordial. Lo incestual tiende a perpetuar una unión indisoluble, existiendo (según Racamier) en toda relación incestual un duelo rechazado o renegado, no teniendo el sujeto acceso a éste duelo originario. Por lo tanto si una familia en tratamiento produce un intenso desconcierto y confusión es recomendable buscar el incesto, y si se lo encuentra buscar el duelo que está ausente en el discurso familiar y si no se lo encuentra en una sola generación buscar dicho duelo en otras generaciones.
El incesto no es tabú, su interdicción es sistemáticamente evitada lo mismo que la ley, lo que es tabú es la verdad sobre la existencia del incesto Se encuentra por lo tanto eliminada la imago paterna (forclusión del nombre del padre) para el varón el padre no cuenta como amante de su madre y para la hija el padre cuenta solo como partenaire
Hay una nivelación de la diferencia o brecha entre las generaciones lo cual permite la irrupción del deseo sexual, facilitando no alterar la unión narcisistica de fondo.
La sexualización está alejada de su meta de placer, privada del reconocimiento de la diferencia entre los sexos, y al estar desconectada de su red fantasmática se vuelca al imperativo de la seducción narcisistica para perpetuar la unión narcisistica.Por lo tanto la seducción narcisistica combate lo sexual. (Racamier 1991). La seducción sexual se convierte directamente en seducción narcisista.
La diferencia de los sexos separa a los individuos antes de que se puedan unir, el incesto borra la separación, por lo tanto impide el duelo originario.
El registro incestual funciona fuera de la red intrapsiquica e intrafamiliar de fantasías y representaciones. Lo incestual no se imagina, no se representa, ni se fantasmatiza, no se simboliza, se reduce a ecuaciones simbólicas (Hanna Segal).
La representación en el régimen incestual es la fantasía no fantaseada, es una formación intermedia entre la fantasía verdadera y lo experimentado en bruto, o el vacio mental o el delirio, es una formación apenas fantaseada, inmodificable, actuada pero no escenificada, no comunica, está encastrado en el cuerpo disponible para agarrarse al cuerpo de otro. En síntesis la fantasía no fantaseada es al registro incestual lo que la fantasía propiamente dicha es el registro edípico.
Los medios de transmisión de lo incestual
Los medios de transmisión de lo incestual (sus vehículos) son los objetos incestuales que son equivalentes del incesto. Son cosas, objetos corporales, prendas intimas, el dinero, también síntomas. Estos vehículos están erotizados, son objeto de manipulaciones mutuas, tienen valor de amuleto, de objeto fetiches, toda suerte de comercio erógeno, circulan en el seno del grupo familiar o entre dos personas, no teniendo una función transicional. (Por ejemplo que madre e hija compartan sus prendas de vestir intimas). El equivalente incestual no porta ninguna simbolización ni fantasía, ni es producto de un desplazamiento ni un compromiso, no es más que el sustituto disfrazado del acto incestuoso.
El equivalente incestual puede ser evacuado induciendo ostensiblemente violencia y obscenidad supliendo por una inyección proyectiva una vacuidad. También puede producir sideración del pensamiento, que puede ser sufrido no solamente por los miembros de la familia sino también por los terapeutas o testigos de dichas evacuaciones. Hay un secreto celosamente defendido que constituye un núcleo cerrado produciendo un clima muy particular, que es similar al clima que se produce en la complicidad tan conocida de las madres con respecto al incesto genital de su hija con el padre. En consecuencia toda la familia constituye un bloque rechazante ante las instancias legales o las intervenciones terapéuticas para proteger el secreto acerca del incesto. Es similar a lo que ocurre en los funcionamientos incestuales donde hay una potente indiferencia (una renegación activa) a toda regla o ley tanto social como familiar y grupal. Pues al renegar del tabú del incesto también se reniega del sentido de la ley y de las reglas sociales. Por lo tanto cualquier regla como por ejemplo la del encuadre es vivida como una agresión.
Para la observación clínica de los núcleos incestuales ocultos tenemos como indicadores: la vacuidad en la fantasía, la ausencia de mediación y de transicionalidad, la renegación del sentido de las leyes y del valor de las prohibiciones, el rechazo a toda aproximación, pero el indicador mayor es la contratransferencia pues los terapeutas experimentan: perplejidad, sideración vacua del pensamiento, sentimientos de vacio, viviendo que toda aproximación es una violación puede desencadenar la explosión o la muerte tanto de los “protagonistas” como la de los “intrusos” etc. Todo esto constituye la particular “atmósfera o clima” que se desprende de los equivalentes incestuales. Inducen un doble efecto de excitación y sideración.
Se expande lo no decible, lo no pensable y el secreto que señala la presencia de un núcleo incestual. El contenido del secreto cuenta menos que el hecho del secreto por sus efectos de sideración. Por lo tanto tenemos predominancia del actuar, de hacer actuar y de hacer callar que se instaura y se perpetua por medio del engranamiento. El engranamiento (Racamier P.C.1990-1992) es un proceso por el cual los engranajes de una psique parecen ponerse en contacto directamente sobre los engranajes de otra psique sin que intervengan los intermediarios fantasmáticos, las mediaciones familiares, ni siquiera las mediaciones culturales. El engranamiento es el medio de transporte privilegiado de los mecanismos incestuales.
El registro incestual puede no ocupar todo el terreno de la psique individual o familiar, en ese caso está disminuido y es el caso de ciertas patologías limites donde la neurosis y la psicosis conviven en un equilibrio inestable y en movimiento. Pero cuando el registro incestual actúa con fuerza y proximidad se despliega en la familia. En familia se produce, expresa y se esconde y también en familia se lo puede observar. En el grupo familiar se puede observar la patología transpsíquica y transgeneracional.
Puede ocurrir tambiénque además del engranamiento ocurra un proceso de “resurgencia” por el cual un incesto con el agregado de un duelo (patológico) va a resurgir en formas patológicas en otra generación: El duelo de la abuela y el incesto de la madre pueden desembocar con fuerza en la psicosis de un niño. Podemos observar la resurgencia en la psicosis del adulto, la psicosis infantil, la psicopatía, la perversidad. Puede ocurrir en varios miembros de una familia o en uno solo que concentra toda la carga familiar incestual. Es de remarcar que lo incestual evacua simultáneamente el deseo y sus prohibiciones
En cuanto a la terapia en el caso de un tratamiento individual con impronta incestual amortiguada, cuando se observan zonas de oscuridad importantes no debería finalizar sin que sea abordado en la transferencia el epicentro de una relación incestual antigua. En el caso de las patologías graves se impone la terapia familiar psicoanalítica y para poder restaurar el tabú un encuadre debe imponerse, una regla debe ser dictada y una interdicción debe formularse y aplicarse. Es esencial para producir resultados.
Si la familia y sus miembros reaccionan aceptando la instauración del encuadre, la imposición de una autoridad y por lo tanto se produce la restauración del tabú es de buen pronóstico, en cambio si esto no se produce es de mal augurio. Si evoluciona bien veremos la apertura progresiva de los secretos incestuales, y correlativamente la emergencia pausada de las perspectivas del Edipo que va tomando su lugar frente a aquellos del incesto.
Una dificultad con respecto a la aceptación de la noción de incestual es que para poder percibir lo incestual es necesario observar la familia, pero los clínicos que no tienen esa experiencia, no tendrán conocimiento de lo incestual y por lo tanto no lo percibirán y consideraran que no existe.
Otra dificultad es que es que el incesto produce en los que lo perciben fantasmáticamente repugnancia u horror generando un rechazo radical, o el borramiento tácito, o la banalización de lo observado, o también la transformación de lo incestual en un cliché de moda.
Es importante aclarar que la psique trabaja distinto en el registro individual y en el familiar. El Edipo es individual e intrapsíquico, en cambio lo incestual es familiar y transpsíquico. El Edipo obra en red dentro de la psique, en cambio lo incestual penetra como un proyectil a través de las psiques. El Edipo desemboca en la autonomía del deseo, organizando lo social en cambio lo incestual combate la autonomía y aglutina a las familias en contra la socialización.
Transcribo una frase última de Paul-Claude Racamier “Freud tenia razón, y lo incestual nos lo confirma. El Edipo es la mas bella conquista de la autonomía psíquica y de la cultura” (Racamier P. C. 1998, pag. 164).
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Notas
[1] Incestuel, 1998, Racamier P-C. Vocabulaire de Psychanalyse Groupale et Familiale, Tome I, pag. 147, Editions du Collège de Psychanalyse Groupale et Familiale, Paris. (Traducción al español de Ezequiel A. Jaroslavsky)
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Bibliografía
Defontaine J. (2002) L’Incestueldans les familles, Revue française de psychanalyse, Volumen 66 2002/1, P.U.F., Paris.
Racamier P. C. (1980,1990) Les schizophrènes, Payot, Paris.
Racamier P. C (1989), Antoedipe et ses destins, Apsygée, Paris.
Racamier P.C. (1998), Vocabulaire de Psychanalyse Groupale et Familiale, Tome I, (pag. 147, 164). Editions du Collège de Psychanalyse Groupale et Familiale, Paris.
Racamier P. C. (1991), Autour de l’inceste, Gruppo 7, (pp. 49-65) Paris.
Racamier P. C. (1992), Le Génie des origines, Payot, Paris.