«La Pareja como paciente»
Fabio Monguzzi
Franco Angeli Ediciones, 2006, Milan, Italia
En este libro Fabio Monguzzi nos propone la recuperación de una dimensión clínica como fase preliminar en la que se pueda efectuar un proceso diagnóstico relacional que ponga en evidencia los indicios de riesgo; de núcleos patológicos; áreas funcionales de intercambio de la pareja; y los factores pronósticos permitiendo proponer soluciones clínicas específicas[1].
Para el autor, el terapeuta de pareja puede ver un ámbito muy privado de los individuos, pudiendo ingresar en la intimidad más profunda del vínculo. El encuentro con la pareja, nos dice, (…) “representa una ocasión privilegiada pues se tiene a disposición de uno la posibilidad de acceder a la intimidad psíquica que se crea entre dos individuos, de tal modo, que ningún otro formato clínico lo permite.” (pág. 11).
Por otro lado, la capacidad de los miembros de la pareja de tolerar la violación de la propia intimidad, con la angustia que esto conlleva, constituye para el autor, una variable muy importante para la posible consulta y tratamiento de la pareja.
Monguzzi, ha trabajado en una primera época con el modelo sistémico relacional, y ha incluido en un segundo momento el modelo psicoanalítico. Desarrolla así conceptos teóricos psicoanalíticos y nos muestra constantemente ejemplos de su práctica clínica que amplían y enriquecen lo teórico.
La hipótesis fundamental de este libro será la de que (…) “el setting de la pareja ofrecerá la oportunidad de hacer visibles y tratables áreas de la mente que se despliegan en la relación de pareja que no pueden ser observadas o tratadas en otro tipos de settings diferentes.”
Nos dice que en cierto sentido hay un sí mismo conyugal que va a ser tratado, que en las sesiones la pareja “habla”de sí misma y que es tarea del terapeutaescuchar y comprender el contenido de eso que nos está hablando. Pero, naturalmente la pareja tiene varias maneras de expresarse además del lenguaje verbal. Y si miramos a la pareja como un sistema diádico, ésta será un portavozque se hará cargo de expresar aspectos comunes y compartidos. Se podrá producir un proceso asociativo a través del cual se concatenarán y se sucederán los contenidos, una articulación expresiva que tendrá una manera de comunicarse con un cierto tipo de lenguaje tanto verbal como no verbal. Será, nos dice, un cuerpo con características gestálticas, una panorámica, una prospectiva que no puede ser observada en las entrevistas o sesiones en la psicoterapia individual.
Para Monguzzi la función del terapeuta será la de conducir a la pareja hacia el desarrollo de una prospectiva de un espacio mental triangular. Este espacio mental triangular deberá poder incluir los deseos de cada uno de los integrantes de la pareja y aquellos otros que son comunes a ella.
El libro, con un prefacio de Alessandro Vassalli, está dividido en varios capítulos. Una introducción en la que plantea la intención de su trabajo; un capítulo sobre la manera de trabajar con la pareja; un segundo capitulo sobre la relación de la pareja; el tercero sobre el trabajo clínico con la pareja; y por último un caso clínico con todo su desarrollo.
Monguzzi nos ha mostrado en este libro su capacidad para el desarrollo de la teoría que sustenta, pero además nos ha mostrado permanentemente, en todos los capítulos, cómo realiza su práctica clínica. Esta combinatoria teórico clínica nos es de gran ayuda con una tarea de por sí difícil y complicada, la terapéutica de pareja.
Graciela Viviana Consoli