El sueño, la vía regia de acceso al inconsciente, junto con los síntomas histéricos, facilitaron a Freud el estudio e investigación del inconsciente y la modelización del aparato psíquico individual.

Freud en 1900ª  construyó su teoría del sueño sobre tres propuestas: a) El sueño es el guardián del dormir, b) consiste en la realización alucinatoria de un deseo inconsciente, y la interpretación de su función y su sentido c) abre la vía regia de acceso al inconsciente.

La teoría de Freud produjo una ruptura epistemológica con la milenaria hermenéutica del sueño porque su interpretación partía de la hipótesis del inconsciente y también porque describía las condiciones de su posibilidad y los procesos de trabajo en el espacio intrapsíquico.

El sueño recibe estímulos somáticos que influyen en su formación y está demostrado que soñar influye en los sistemas nervioso, inmunitario y endocrino (Robert Stickgold 2015). Este anclaje en lo corporal es el primer ombligo del sueño.

Las condiciones para que el sueño se realice son:

Que la represión constitutiva del inconsciente haya operado; que el soñante disponga de medios de figuración de los pensamientos inconscientes del sueño; que el soñante debe retirar las investiduras del mundo exterior.

Freud tomó como materia prima sus propios sueños y los de adultos neuróticos en una situación psicoanalítica. Hizo corresponder el sueño a los límites internos del aparato psíquico, y este es concebido sobre el modelo del sueño, o sea que ambos son dos espacios cerrados o clausurados. El dispositivo individual  del Psicoanálisis es su expresión metodológica.

Kaës se pregunta en la Introducción de su libro La polyphonie du Rêve (2002), “¿Aquello que Freud ha pensado del sueño describe todas las experiencias oníricas de las cuales puede dar cuenta el psicoanálisis?”. Responde que no, ya que hay por lo menos tres razones para revaluar la teoría freudiana del sueño:

1) La primera razón es el postulado de la coincidencia entre el espacio onírico y el espacio interno. Desde hace varios decenios el campo del Psicoanálisis se ha extendido, se ha transformado y diversificado de tal manera que la concepción del sueño y del espacio psíquico en el cual este se produce, debe integrar dimensiones desconocidas en la época que Freud lo planteó.

La clínica psicoanalítica individual, de familias, de parejas, de grupos ha permitido comprender como el espacio intrapsíquico del sueño se articula con los espacios psíquicos de otros soñantes. Además para poder soñar es necesario que la actividad onírica de la madre u otras personas generen la capacidad de soñar. Por lo tanto la puesta en perspectiva de un espacio onírico común y compartido abre el espacio onírico clausurado del sueño.

2) La segunda razón es el renovado interés por el espacio intrapsíquico del sueño en el tratamiento individual y la apertura hacia un espacio onírico interpsíquico.

En cuanto al espacio intrapsíquico del sueño Melanie Klein aporta 3 conceptos: 1) la fantasía inconsciente y el sueño como escena de una acción (escena interna); 2) la identificación proyectiva (el objeto ya no es un simple depósito en el otro, el objeto produce efectos emocionales como base de la comunicación interpersonal) ; y 3) el de introyección.

Los tres generan la noción de espacio psíquico. La concepción kleiniana posibilitó el desarrollo de W. Bion con sus relaciones continente-contenido, de  A. Green sobre el doble límite y D. Anzieu sobre las envolturas psíquicas individuales.

W. Bion (Grinberg L. 1991) desarrolla las ideas kleinianas pero las modifica, descubre la función primordial que ejerce la madre para que el bebé elabore su experiencia emocional; es la función alfa de la madre, que permite crear en el bebé su propia función alfa. Bion considera que la función alfa y los elementos- alfa son las condiciones y materiales del sueño normal, a diferencia de los psicóticos. La capacidad de rêverie de la madre es el motor de estas trasformaciones. Bion investiga el sueño del lado de las condiciones intrapsíquicas e intersubjetivas de la actividad onírica.

Masud Kahn, (discípulo de D. Winnicott), considera que el espacio del sueño es un espacio transicional y la formación del sueño depende de ese espacio y de la capacidad del sujeto de usarlo.

Por lo tanto los psicoanalistas han descubierto otra manera de concebir el sueño, determinada por transformaciones de la práctica del psicoanálisis individual (psicóticos y borderline).

Más recientemente se estudiaron los efectos de los sueños del analista en el espacio transfero/contratransferencial, más precisamente en el espacio onírico del analizando. Aquí tenemos una experiencia onírica compartida.

Meltzer (1993) considera que el analista pone a disposición del paciente la misma capacidad de rêverie de la madre con su bebé.

Tanto Bion, como Meltzer y Winnicott contribuyeron a abrir el espacio intrapsíquico del sueño hacia un espacio onírico interpsíquico.

3) La tercera razón es el aporte a los sueños generado por la clínica de las nuevas situaciones del trabajo psicoanalítico, con varios sujetos como las terapias de pareja, familiares y grupales.

Estas nuevas situaciones psicoanalíticas, fuera del psicoanálisis individual han sido diseñadas para tratar los sufrimientos psíquicos y las patologías de los trastornos en los límites internos y externos del aparato psíquico. Estos trastornos los vemos fundamentalmente en los estados límites o fronterizos que se caracterizan por: fallas en las envolturas psíquicas, en los sistemas pulsionales de ligazón y desligazón y profundas deficiencias en los procesos del pensamiento y de transformación. También los observamos en los efectos psíquicos de la violencia de estado, guerras y catástrofes, y en los procesos de transmisión entre las generaciones.

En todas estas perturbaciones patológicas el narcisismo primario, los procesos de figuración de lo originario y la simbolización primaria, que dependen de los vínculos tempranos, están afectados.

Para encararlos se diseñaron nuevos dispositivos psicoanalíticos pluripersonales que puestos a trabajar permitieron conocer las formaciones y los procesos inconscientes en el espacio interpsíquico o intersubjetivo y observar una nueva realidad psíquica y un espacio psíquico que no se puede reducir a sus miembros considerados en forma individual.

A partir de esta nueva clínica psicoanalítica de los vínculos debemos pensar de otra manera el sueño, sus modalidades de formación y su interpretación.

El espacio onírico, en el cual se desarrolla el sueño, no es cerrado, está abierto: al espacio psíquico y corporal, al espacio intersubjetivo (familiar, grupal) y al espacio social y cultural. Para R. Kaës (2002) el espacio psíquico es tópico, ectópico, politópico y heterogéneo

El espacio onírico común y compartido

Los sueños no son solamente la realización alucinatoria de un deseo con su función homeostática de descarga. Supone una pluralidad de espacios psíquicos. El sueño se fabrica por un lado en los lugares donde el psiquismo se constituye, en el espacio psíquico interno apoyándose en el cuerpo pulsional, y también en el deseo inconsciente del soñante, y en el vínculo con el otro en un espacio psíquico común y compartido. Esto no descarta que el espacio del sueño sea un espacio personal, propio del sujeto.

El segundo ombligo del sueño, el lugar donde reposa sobre lo desconocido

Freud escribió en la Interpretación de los sueños (1900b, pág 519) lo siguiente:

“Aún en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordan en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio.” [1]

Según Missenard (1987) el sueño emerge del vínculo primitivo con la madre y con el conjunto de la familia, está ligado a la organización fantasmática compartida en la cual la psiquis del sujeto se encuentra incluida antes de diferenciarse.

El sueño es un cordón umbilical que alimenta la vida fantasmática, es un sistema de intercambio entre la noche y el día, el sueño y la vigilia. Según Micheline Enriquez es “lo impensable universal” (Kaës 2002, pag. 190). Se trata de la represión originaria de una organización fantasmática arcaica que nunca encontró su expresión en el lenguaje y no puede ser pensada. El segundo ombligo se sumerge en el micelio intersubjetivo donde se depositan y se alimentan los sueños de cada uno. Cada soñante sueña también en el entrecruzamiento de varias fábricas de sueño, en el espacio que liga a una pluralidad de soñantes cuyos sueños atraviesan los sueños de cada uno.

El espacio onírico originario

Al venir el niño al mundo se inscribe en la organización onírica inconsciente de la pareja de los padres y de la familia. El niño es deseado y soñado incluso antes de haber nacido, es para los padres “Su majestad el bebé” que va a realizar los deseos narcisistas irrealizados de los padres estableciéndose así un contrato narcisista entre el hijo y sus padres y familiares.

La ensoñación de la madre sostiene la función alfa del lactante y posibilita el desarrollo de su capacidad de soñar. El bebé desarrolla su psiquismo y su función de rêverie en la cuna onírica familiar según André Ruffiot (1981).

La trama polifónica del sueño

Polifonía (Del gr. πολυφωνία, mucha voz).1. f. Mús. Conjunto de sonidos simultáneos en que cada uno expresa su idea musical, pero formando con los demás un todo armónico.

La noción de polifonía pertenece en primer lugar a la teoría musical. El adjetivo polifónico en acústica es un eco que repite el sonido varias veces, esta cualidad polifónica se puede extender a otros fenómenos, como el proceso primario que Freud identificó en el sueño y lo denominó multiplicación de lo semejante, podríamos agregar otra figura del proceso primario, la condensación de varios objetos o personajes en una figura genérica por ejemplo Irma del sueño descripto por Freud.

Bajtin (Kaës 2002) introdujo la noción de polifonía en el análisis de la estructura de la obra literaria. La novela polifónica se elabora en el entrecruzamiento de varias estructuras, la palabra escrita es una polifonía de varias escrituras: la del escritor, de sus personajes, del destinatario, del contexto histórico, ético y cultural. El concepto de dialogismo en Bajtin significa que cada enunciado tiene relaciones con los otros enunciados sobre el mismo objeto, incluyendo la repuesta de un locutor al enunciado de su interlocutor. Bajtin llama pluridiscursividad a la fuerza dialógica del lenguaje.

Bajtin  escribe “Toda palabra se compone de dos caras. Ella está determinada tanto por el hecho que procede de alguien, como por el hecho que ella está dirigida hacia alguien. Constituye justamente el producto de la interacción del locutor y del auditor. Toda palabra sirve de expresión a uno en relación con otro. A través de la palabra, yo me defino en relación a otro, es decir en último análisis, con respecto a la colectividad” [2].  (Bajtin, 1929/ edición francesa1971 y citado en Kaës 2002, pag 210). La concepción bajtiniana de la polifonía de discursos implica una concepción del sujeto tramado y trabajado por la interdiscursividad. El ser humano está atravesado por una malla de voces, de palabras y de palabras escritas que lo constituyen.

Kaës 2002) a partir de las ideas de Bajtin y sus propios y previos desarrollos teóricos considera que: El sujeto del inconsciente es también simultáneamente sujeto del grupo y se conforma o se constituye en los puntos de anudamiento de las voces, de palabras (la voz materna) y de las palabras de los otros (el padre y el grupo familiar, de más de un otro (el grupo de pares etc.) y el otro del otro o sea las marcas en sus padres, de los otros en la sucesión de las generaciones (por ejemplo de lo dicho o lo no dicho transgeneracional).

El sujeto del inconsciente sueña y su sueño está organizado en una estructura polifónica, el trabajo del sueño se elabora en el entrecruzamiento de varias fuentes, varias emociones, varios pensamientos y varios discursos. Dentro del sueño mismo su polifonía muestra que las figuraciones del mismo se condensan, se desplazan, se multiplican o se difractan.

El sueño, el más íntimo, el más egoísta de nuestra producción nocturna, el más banal de nuestros síntomas, se teje en la trama polifónica de la interdiscursividad. Es el caso del sueño de la inyección de Irma de Freud donde diversos personajes de los vínculos de Freud tanto de sus restos diurnos como de su historia aparecen en el mismo, tal como lo estudió Didier Anzieu (1959).

El sueño requiere, como precondición, la capacidad de soñar que está generada en el comienzo de la vida por la capacidad de rêverie (ensoñación) materna con su bebé. El relato del sueño está dirigido a un destinatario, puede ser el propio analista quien lo escuche, y este proceso secundario, de armado del relato del sueño, lo inscribe en el lenguaje y en la cultura.

Por lo tanto cabe preguntarnos ¿quién sueña en el sueño? (el sujeto mismo o los otros que intervienen en ello).

El sueño en un Psicoanálisis de pareja                               

Quisiera brindar y analizar un material clínico de una sesión de pareja para ilustrar lo dicho anteriormente.

Amanda y Roberto

Amanda comienza diciendo “tuve un sueño, tenía una bolsa rectangular, de un color azul fuerte, que contenía comida, una bolsa de supermercado de tela y súbitamente descubro  que está vacía, que ha desaparecido la comida, y me angustio

(Se queda en silencio angustiada)

Roberto, (sorprendido) “yo también tuve un sueño, soñé con mi mochila, de repente la miro y noto que desapareció la notebook”.

(Habitualmente concurre con una mochila muy cargada donde lleva sus libros de matemáticas y su notebook).

Terapeuta (sorprendido por la coincidencia) “¿recuerdan algo más?”

Roberto: “la mochila era rectangular como la bolsa de Anna”.

Terapeuta: Señalo la similitud de la forma de la mochila y la bolsa en ambos relatos del sueño y que los dos mencionan cosas que se pierden o desaparecen. Seguidamente ambos hablan de la hija de Amanda (de su primer matrimonio).

Amanda: Mi hija tuvo una relación con una pareja hasta el año pasado. Era una relación tormentosa, terminó pues decidió su pareja separarse y a partir de ahí mi hija entró en crisis, angustiada y muy depresiva.

Se enteraron de la ruptura en una sesión conmigo, pues, la hija llamó al celular de Amanda  muy angustiada. No le dieron mucha trascendencia a pesar de haberme contado anteriormente que tenían temores de que su hija se suicide, Les mostré la negación de la importancia del llamado, sugiriéndoles que la acompañaran, pues, la hija vivía una situación de desapuntalamiento psíquico producido por la separación. Ambos decidieron invitarla a pasar unos días en su casa a pesar de que la convivencia es difícil con ella.

Luego cuentan que la esposa, de una pareja amiga, tiene a su madre con una enfermedad grave a quien le dieron un mes de vida y ya pasaron 6 meses, causándoles gastos de enfermeras y cuidadoras que no pueden solventar. La madre no acepta ser internada en un establecimiento, lo que les aliviaría los gastos pues, ellos están en una situación económicamente muy precaria, y sus amigos le han organizado un festival musical para ayudarlos. La hija de Amanda participa como música y ellos pensaban ir también

Su hija al enterarse que su ex pareja va a ir al festival, se angustió y al saber que su madre no va a ir al festival, (pues pensaron que se iba a armar un lio), le reprocha diciendo “no me apoyás” generando un escándalo, insultándola.

Roberto, por su parte, comenta que también la hija lo llamó y que se enojó con él  al enterarse que apoyaba la decisión de Amanda  (si bien no es el padre biológico es considerado afectivamente como un padre por ella).

Terapeuta: “Mencionaron pérdidas en el relato de sus sueños pues, al tener una crisis vuestra hija, tienen temor por ella y también temen perder la estabilidad que lograron”.

Al promediar la sesión Roberto menciona: “Vinimos a verlo porque la anterior terapeuta desapareció. Teníamos una sesión con ella, tocamos el timbre y no contestó nadie. Durante quince días llamamos sin repuesta. Supimos que se había ido a Brasil, nunca nos llamó lo vivimos con angustia”.

Al despedirnos Roberto comenta “la vi hace unos meses por la calle, no me reconoció, yo sí, estaba aquí en Buenos Aires”.

Algunas consideraciones

En la vida de ambos hubo pérdidas. Amanda vivió situaciones de desestabilización económica, dificultades alimentarias y de vivienda en su infancia. Frecuentemente vivían en pensiones y les faltaba la comida. El padre era un jugador compulsivo que se gastaba el dinero en el juego, y la madre no tuvo trabajo y no sabía, por sus falencias psíquicas, como resolver las situaciones de fragilidad económica y afectiva en que vivían.

En el caso de Roberto la notebook y los libros de matemática que le sirven para sus clases y que lleva habitualmente en su mochila, son muy valiosos. Se ha refugiado en las matemáticas que le han brindado un espacio de reconocimiento (es profesor universitario) y estabilidad económica. En su pueblo natal sufrió situaciones de descuido y desamparo. Al venir a estudiar a Buenos Aires vivió en la calle durante un tiempo, con grandes carencias económicas.

En el relato de sus sueños y en sus asociaciones (cadena asociativa vincular) reviven angustias relacionadas con situaciones desestabilizantes y traumáticas de su infancia y adolescencia, también en relación con la hija de Amanda (tuvieron temores a su suicidio) que se actualizan en el espacio transfero-contratransferencial de la sesión a través de los sueños.

El espacio común y compartido de las sesiones les posibilita apuntalar su psiquismo en la estabilidad del encuadre y la persona del analista, Roberto al referirse a la desaparición de su anterior terapeuta dijo “Con usted no pasa esto. Usted está siempre, no tenemos problemas”,

En las parejas con violencia (verbal o física), pensamiento operatorio, isomorfismo (Kaës 1976) y procesos de desubjetivación, el relato de sus sueños en la sesión, al no ser un hecho objetivo o real, permite que estos sean utilizados como objetos transicionales generando un espacio lúdico, (Winnicott 1987), posibilitando un trabajo de elaboración y simbolización.

En las sesiones, de características homomórficas (Kaës 1976), con procesos de subjetivación y discriminación, tanto el terapeuta como ellos mismos prestan su capacidad de pensar los pensamientos al otro miembro de la pareja.

Ezequiel A. Jaroslavsky

Miembro Titular de la Asociación Psicoanalitica Argentina, Miembro del Consejo de Administración de la Asociación Internacional de Psicoanalisis de Pareja y Familia, Miembro Plenario y Profesor Titular de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, Director de la Revista Psicoanálisis e Intersubjetividad, ex Director de la Revista de la Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia, Miembro del Comité Científico y del Consejo de Administración de la Asociación Internacional de Psicoanálisis de Pareja y Familia.

 

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Bibliografía

 

Anzieu D. (1959), El autoanálisis de Freud, tomo 1, Editorial siglo XXI, 1978, Méjico.

Freud S. (1900), “El trabajo del sueño”, en La interpretación de los sueños, Vol  IV y V, Amorrortu Editores, 1976. Buenos Aires.

Freud S. (1900a),”Sobre la psicología de los procesos oníricos” (pág. 519),  La interpretación de los sueños, Vol. V, Amorrortu Editores, 1976, Buenos Aires.

Freud S. (1900b), “Análisis de un sueño paradigmático”, La interpretación de los sueños, Vol IV, Amorrortu Editores, 1976, Buenos Aires.

Grinberg L y otros (1991), Nueva Introducción a las ideas de Bion, Tecnipublicaciones, Madrid.

Kaës R. (1976), El aparato psíquico grupal, Editorial Gedisa, 1977, Barcelona.

Kaës R. (2002), La polyphonie du rêve, (pág. 1 y 2 y 210), Editorial Dunod, Paris.

Meltzer D. (1993), Vida onírica una revisión de la teoría y de la técnica psicoanalitica, Tecnipublicaciones, Madrid.

Missenard A. (1987), « L’enveloppe du rêve et le fantasme de psyché commune », en D. Anzieu y otros, Les enveloppes psychiques, Dunod, Paris.

Ruffiot A. (1981), « Le groupe-famille en analyse, L’appareil psychique familial », La thérapie familiale psychanalitique, Dunod, Paris.

Stickgold R. (2015), Beneficios del sueño, en Investigación y Ciencia, Madrid.

Winnicott D. (1971), Realidad y juego, Editorial Gedisa, 1987, Buenos Aires.

 

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Resumen

 

Este escrito trata acerca de los sueños en el psicoanálisis de pareja. Se desarrollan los cambios producidos en la teoría, la clínica y la técnica posteriores al psicoanálisis de los sueños de S. Freud. La concepción del sueño y del espacio psíquico, en el cual se produce, debe integrar dimensiones desconocidas en la época que Freud lo planteó.

Estos cambios se produjeron tanto en el psicoanálisis individual como en los desarrollos generados a partir del psicoanálisis con parejas, familias y grupos. En el psicoanálisis individual hubo desarrollos a partir del tratamiento de pacientes psicóticos, borderlines y aperturas hacia un espacio onírico interpsíquico entre el analista y el analizando. Es de destacar que la capacidad de soñar del infans se genera a partir de la reverie materna. Conceptos, entre otros, como la función-alfa materna, el segundo ombligo intersubjetivo del sueño, la trama polifónica del sueño, la interdiscursividad nos muestran acerca de tales cambios.

Se ilustra lo desarrollado con el análisis de un material clínico de sueños en una sesión de psicoanálisis de pareja.

 

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Palabras claves

Sueños en psicoanálisis de pareja – Segundo ombligo del sueño – Trama polifónica del sueño – Espacio onírico compartido – interdiscursividad

 

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Notas

[1] Freud S. La interpretación de los sueños 1900-1901, Tomo V, pág. 519, Amorrortu Editores.

[2] La traducción al castellano es de Ezequiel A Jaroslavsky